Reseña de Tierra de furtivos finalista VII Premio Cartagena Negra

Sinopsis de Tierra de furtivos

Cuando la joven Tatiana se entera de que una amiga suya ha muerto calcinada empieza a investigar por su cuenta el caso, que lleva el oficial de la Ertzaintza Josu Aguirre. Este, inmerso en las disputas internas del cuerpo heredadas de los años de la lucha antiterrorista, no consigue avanzar en la investigación, a la que se suman dos muertos más.

Tatiana, vieja conocedora de los bajos fondos de Vitoria, pronto da con una pista que la conduce a la vaquería de un antiguo militante de ETA, utilizada como tapadera de una importante plantación de marihuana cuyo objetivo es financiar la reactivación de la lucha armada. La joven guiará a Aguirre hasta la vaquería a cambio de que descubra quién ha asesinado a su amiga. Con la ayuda de Mikel, un guarda forestal que no logra deshacerse de su pasado como escolta en la época del terrorismo de ETA, harán todo lo posible por resolver el caso.

Novela nominada a Mejor novela negra en Cartagena Negra 2023.

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¿Y ahora qué…?

Las novelas ambientadas en la coyuntura etarra, de entrada, no me suelen llamar mucho la atención. Pero la sinopsis de Tierra de furtivos me causó el efecto contrario. El arte tiene su razón de ser cuando es capaz de conmovernos y llevarnos a reflexionar sobre cosas en las que no solemos reparar —argumentando todo tipo de excusas, normalmente relacionadas con la inmediatez de nuestras vidas y la falta de tiempo—.

Nunca me había planteado las consecuencias sociales del fin de la lucha armada de ETA ¿Qué está sucediendo en el pueblo vasco tras el acuerdo de paz y el fin de los años de plomo? ¿Cómo se ganarán la vida aquellos que servían de escoltas? ¿De qué se habla en cualquier mentidero cuando no mira nadie?

Tierra de furtivos supone un golpe fresco, sí, pero punzante (directo al estómago del lector) respecto a esa realidad actual. Alejado de obras como Patria o Mejor la ausencia (Edurne Portela). En esta ocasión estamos ante un género tan complejo como atractivo: novela negra. Novela negra de altura.

El género negro se asoma al contexto de un momento concreto, nos presenta personajes interesantes alejados del maniqueísmo de otros géneros y, posiblemente, es capaz de trasladarnos una desazón con finales no siempre felices. Nos presenta un mundo podrido desde las raíces, con males endémicos que no siempre se solucionan, más bien se arrastran.

Todo ello confluye en esta Tierra de furtivos con la presentación de tres personajes de tan improbable relación como magníficos en su construcción.

Además, encerrados en una atmósfera que se vuelve irrespirable con el paso de las páginas: los pantanos alaveses de Ullibarri; añaden ese componente que no puede faltar en una novela de género y que me atraen tanto: el barro, la niebla, el agua… El paisaje siempre añade un extra muy especial para mí. Esas tierras heladas del oxímoron de la novela negra nórdica, o los lugares cargados de simbología visual que despierta la América profunda (¿vaciada?) con la que hemos crecido los amantes del cine y las series de televisión. Ullibarri no es el Seattle de series como The Killing pero se parece.

Encontramos, además, varios géneros en una misma novela (rural, doméstico, periodístico) sin querer caer en lo obvio y aburrido de las etiquetas que se pegan a todo, como el chicle en la bota tras un mal paso. Varias investigaciones condenadas a entenderse, como pasaje para que el lector vaya descubriendo la profundidad de una novela formidable y ágil: tráfico de drogas, corrupción, caza furtiva, reinserción social y, especialmente, la polarización extremista alrededor de los acuerdos de paz y el resurgir de ideales que en el resto de España creíamos enterrados. El germen del terrorismo seguirá latente mientras se escuchen los ecos de un pasado demasiado cercano, avivado por la desesperación y la mediocridad política que parece asolar el planeta.

Para eso sirve una buena novela. Para plantearnos cosas, para plantearnos todo… ¡Joder! No me había parado a pensar que puede estar pasando en el norte de España, ¿y ahora qué…?

Sobre el autor Óscar Beltrán de Otálora

Óscar Beltrán de Otálora (Vitoria, 1967). Tras estudiar Periodismo se incorporó a la redacción del periódico El Correo. En los años noventa empezó a trabajar en la sección de política del diario bilbaíno, en la que se dedicó en exclusiva a informar sobre terrorismo, tanto el de ETA como el de los grupos yihadistas.

En 2008 fue premiado por la Fundación Víctimas del Terrorismo por su información del atentado que ese año arrasó el cuartel de la Guardia Civil de Legutio (Álava), en el que falleció el agente José Manuel Piñuel. En 2018 participó en la cobertura de las informaciones sobre la disolución de ETA y la entrega de sus arsenales. Ha intervenido como ponente en diversos seminarios y cursos universitarios acerca de periodismo y terrorismo. En la actualidad es director de Desarrollo Editorial del Grupo Vocento en Madrid.

Instagram del autor: @OscarBeltranOtalora