Reseña de El parque de los perros, de Sofi Oksanen

Sinopsis de la obra

Sentada en un banco de un parque público de Helsinki, Olenka observa con atención a una pareja y a dos niños jugando con su perro. De repente, una mujer se acerca a ella y Olenka se sobresalta. A pesar de los años transcurridos, la reconocería entre una multitud. Sin duda se trata de Daría, la única persona que sabe lo que ella hizo, de dónde proviene y de quién se esconde. Reunidas en ese instante fugaz, las dos asisten como espectadoras desamparadas a la vida que habrían podido tener si hubieran tomado otras decisiones.

Reseña

CON LOS OJOS DEL CORAZÓN

La historia nos demuestra que el suelo que pisamos, el aire que respiramos, nuestra vida presente, son herencia de los actos de nuestros ancestros. La vieja Europa, ese gran cementerio de cadáveres nutrido por siglos de guerras, dividida por imaginarias líneas trazadas por los hombres, atesora cicatrices que tal vez no sanen nunca. El parque de los perros es una novela entre la Finlandia actual y la Ucrania post soviética, una historia de amor, de huida en busca de un futuro mejor; una historia de corrupción, de consecuencias del colapso de la URSS. Escrita en 2019, se anticipa a la invasión rusa en el territorio ucraniano, aunque como Sofi Oksanen ha comentado en más de una ocasión, eso es algo inevitable en la Rusia de Putin.

Olenka y Daría, dos mujeres que han buscado un futuro mejor de la peor manera posible, deben enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Volverán a encontrarse años después de la muerte de Viktor, el hijo de un oligarca al que les une su pasado común.

En una entrevista la autora explica que cuando crea una historia trata de ver el mundo a través de los ojos de sus personajes, oler los mismos aromas, comer lo mismo, andar por las calles. Esta estonia-finlandesa que no pisa suelo ruso desde 2010 consigue transportar al lector a Helsinki, a Dnipropetrovsk, a Snizhné. De la mano de la narradora, Olenka, asistimos a su infancia, a su lucha por salir de la pobreza:

“Si el niño fuera a Ucrania algún día, iría de vacaciones y se comportaría como los demás turistas occidentales. Haría fotos de los dispositivos de aire acondicionado que colgaban de las paredes exteriores de los bloques de pisos y se reiría de ellos, pero se maravillaría con las abuelas de las flores al lado de la carretera que, al llegar la temporada de lluvias, añadían a su oferta zanahorias con el penacho verde y, a finales del verano, se convertirían en las abuelas de las bayas. El chico consideraría que había algo auténtico y original en esas ancianas encorvadas. Claro que había una palabra para ello, “pobreza”, pero él no la reconocería”.

Ucrania es un personaje más de la novela, un país en el que a pesar de que la presencia de la Iglesia es muy fuerte, existe una política de fertilidad muy laxa. La industria de la fertilidad y de los vientres de alquiler mueve mucho dinero y al mismo tiempo, destroza vidas para siempre. Miles de mujeres son capaces de inyectarse muchas más hormonas de lo permitido en otros países a fin de ganar dinero con la venta de sus óvulos, sometiéndose a selecciones humillantes, a ser “cosificadas”, con el riesgo de su salud física y mental. Occidentales de todos los países desean hijos perfectos, con características muy definidas y tienen un gran mercado en las jóvenes ucranianas.

“El hijo de Lada la cogía de la mano y una mujer desconocida empujaba el carrito en el que iba sentada la niña. La mujer, que supuse que sería la niñera, tenía el cabello sin peinar, y la falda hecha a mano le cubría los montículos desiguales de la cadera. A su lado correteaba un caniche toy con un abrigo de Burberry”.

La compota de amapola (versión barata de la heroína), las “kopankas” (minas de carbón ilegales del Donbás). Chicas que sueñan con abandonar a familias que sobreviven con corruptelas a pequeña escala, a imagen y semejanza de sus gobernantes. La voz de Olenka, alta y clara, nos transmite sus miedos, su huida hacia delante, su necesidad de amor, su soledad. Una novela potente con un final sugerente que nos deja con el corazón encogido. Muy recomendable.

Puedes leer más reseñas de Graziella Moreno en su sección.

Sobre la autora

SOFI OKSANEN (Jyväskylä, Finlandia, 1977) estudió Arte Dramático en la Academia de Teatro de Helsinki. Purga (2011), su tercera novela, que vendió más de un millón de ejemplares en más de cuarenta países, y fue galardonada con los premios más importantes de Finlandia, el de Literatura del Consejo Nórdico, el Fémina Étranger y el de Mejor Novela Europea del Año, la colocó en el panorama literario internacional. Fue la primera escritora finlandesa en alcanzar, en 2013, el Premio Nórdico de la Academia Sueca. Cuando las palo-mas cayeron del cielo (2013), su siguiente novela fue recibida con el mismo entusiasmo por la crítica y el público, igual que Norma (2020), nominada al Young Aleksis Literatura Prize en 2016 y traducida a una treintena de idiomas.