Crítica «El verano de los juguetes muertos” de Toni Hill
Título: El verano de los juguetes muertos
Autor: Toni Hill
Editorial: DeBolsillo
Año: 2012
Páginas: 368 páginas de atmósfera sofocante
Género: novela negra
Calificación:
Sinopsis de El verano de los juguetes muertos
El inspector Héctor Salgado lleva semanas apartado del servicio cuando le asignan de manera extraoficial un caso delicado. La extraña muerte de un joven de la alta burguesía barcelonesa va complicándose a medida que Salgado se adentra en un mundo de privilegios y abusos de poder. Héctor no solamente deberá enfrentarse a ello sino también a su pasado más turbio, que en el peor momento y de modo inesperado vuelve para ajustar cuentas.
Los sueños, el trabajo, la familia, la justicia o los ideales tienen un precio muy alto… pero siempre hay gente dispuesta a pagarlo.
Literatura que abrasa
Cuando cayó en mis manos esta maravillosa novela, no sé qué me llamó más la atención, si comprobar que «El verano de los juguetes muertos» es la primera novela de Toni Hill, referente para los que idolatramos este género, o el interesante oxímoron con el que nos pone en antecedentes en este título. Y es que el título ya alberga una nueva dimensión de lo que nos vamos a encontrar: los sueños, los juguetes en esta novela, no están rotos como cabría pensar al recordar la manida expresión, con Toni Hill, los juguetes están muertos.
Y me sorprende que esta joya literaria del género negro sea una novela de debut, pero al leerla, no me sorprende el éxito que ha cosechado con traducciones en varios idiomas y superando la mágica cifra de más de 100.000 copias vendidas, que algunos solo soñamos con rozar.
No me sorprende, digo, porque la escritura de esta novela que narra dos investigaciones paralelas es precisa y un alarde de ingeniería narrativa. Las tramas están muy bien desarrolladas, y transcurren de manera completamente independiente, sin mezclarse ni llevar a confusión. En las narraciones no sobra una coma, pero tampoco falta. Son concisas y poco a poco te van adentrando en una historia que te atrapa, llevándote casi sin darte cuenta a un inesperado final que hace saltar todo por los aires.
Además, Toni Hill arriesga y decide ubicar la trama en una franja de tiempo muy limitada, unos cinco días. Es el tiempo suficiente para armar una historia sólida y sin fisuras, para desarrollar unos personajes fantásticos y básicamente el tiempo que tardé en devorar esta novela, que es una referencia para los que comenzamos en este mundillo tan apasionante.
Un argentino en Barcelona
Pero toda buena historia de novela negra, debe tener un buen personaje, un detective, que llaman los americanos y que en este caso es un mosso d’esquadra, de origen argentino, que se halla en una situación personal complicada. La personalidad por momentos sugerente, por momentos arrolladora es lo que me ha llamado especialmente la atención. Un argentino, no diría pagado de sí mismo, pero que sí se encuentra viviendo en un peligroso filo sentimental, con el vértigo que ofrece el vivir en la cuarentena y además hacerlo en una ciudad como Barcelona, tan grande y exultante que es capaz de tragarse los sueños de cualquiera, con la facilidad con la que un niño juega en el salón de su casa.
Héctor Salgado, nuestro protagonista, es un personaje de los que engancha, con el que rápidamente empatizamos. Nos preocupa saber cómo podrá resolver el doble crimen al que se enfrenta, pero sobre todo nos interesa saber cómo va a resolver el laberinto de emociones en el que se encuentra. Esto precisamente es lo que ha hecho que el género literario de la novela negra, haya roto convencionalismos, superando viejos clichés del pasado que comenzaban a oler a rancio, y ahora mismo sea un género que no tiene que sentir envidia por ningún otro. La novela negra ha llegado para quedarse, porque es un género que permite, mejor que ningún otro, analizar una situación concreta de una ciudad, un país, una coyuntura concreta, o por qué no, de un personaje fascinante.
Pero al contrario que en otras novelas que he leido, el gran atractivo literario de toparme con un personaje como Salgado, no hace deslucir al resto de personajes que en otras ocasiones prácticamente pasarían desdibujados entre líneas en blanco y negro. En esta ocasión, son del todo interesantes. Mención especial, para las dos protagonistas. Dos mujeres de armas tomar, un avance en el necesario empoderamiento de la mujer, con dos talantes completamente diferentes. Martina y Leire. Leire y Martina. Sin ellas la novela no tendría ningún sentido, son personajes fascinantes de los que vamos conociendo más, conforme avanzamos en la lectura.
El resto, lejos de desentonar, van añadiendo más y más capas a una historia que te sumerge en conflictos humanos como el amor, los celos o la dichosa lucha de clases a la que nos enfrentamos. Nada es lo que parece en esta novela que radiografía con acierto las clases sociales de una Barcelona fragmentada, con la opulencia de los barrios residenciales de la alta sociedad, que guardan sus fantasmas bajo las alfombras persas, y con el arraigo de los barrios más populares de Barcelona, en los que encontramos a personas que trafican con la inocencia de los más débiles y la falta de cultura.
Y es que si estamos hablando de los personajes, no podemos pasar por alto la ciudad de Barcelona, esa ciudad a la que ansío visitar de nuevo y que solo la lectura de novelas como las de Toni Hill me transportan a sus calles y ambientes. Barcelona siempre presente, vigilante impasible ante las desdichas de nuestros personajes, cómplice en muchos casos de las fechorías que ellos comenten, echando la vista hacia otro lado y encerrándolos en una atmósfera que se hace irrespirable. Un calor sofocante en esos días de verano en los que nunca pasa nada, pero que esconden secretos que a veces es mejor no sacar a la luz, esa luz que inunda la ciudad y crea una atmósfera asfixiante, también para el lector. ¡Qué acierto el añadir la palabra «verano» en el título! Hasta Toni Hill sabe estructurar bien eso. Impresionante.
Los personajes se enfrentan a decisiones imposibles, aprisionados por esa atmósfera que los abrasa. El autor los empuja a callejones sin salida, mientras el lector va descubriendo con sorpresa, la pasta de la que realmente están hechos. Arrinconados contra la pluma y la pared, algunos optan por asesinar, otros por darse una segunda oportunidad que nunca llega, por amar, por olvidar.
Referente en la novela negra
Para concluir, no podía faltar uno de los elementos imprescindibles de toda buena novela negra, un final de infarto que se consuma tras un ritmo que va creciendo por momentos, casi sin darnos cuenta, y que se va mascando por los finales de cada capítulo que nos provocan más ganas de seguir leyendo, algo muy propio del género y a lo que posiblemente nos hemos ido acostumbrando con los finales de los episodios de las series de televisión, esas que tanto amo.
La nordic noir ha hecho mucho por el género literario de la novela negra, pero aquí tenemos una novela española muy identificable, que podríamos englobar dentro de una novela negra mediterránea, y de la que Toni Hill, sin duda, es uno de sus grandes referentes.
He tenido la suerte de conocer a la persona que hay detrás del escritor, y lo de referente se queda pequeño, porque Toni siempre tiene un momento para charlar con juntaletras que como nosotros, estamos deseosos de aprender y mejorar. Siempre tiene tiempo para compartir una pausa para el café o fumar un cigarro, gastar una broma o hablar contigo de cualquier cosa, compartir experiencias. Al fin y al cabo ¿no se ha tratado siempre de eso?
Lo mejor: Para amantes de la novela negra
Lo peor: No haberla leido antes
