La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero

Sinopsis de La ridícula idea de no volver a verte

Cuando Rosa Montero leyó el maravilloso diario que Marie Curie comenzó tras la muerte de su esposo, y que se incluye al final de este libro, sintió que la historia de esa mujer fascinante que se enfrentó a su época le llenaba la cabeza de ideas y emociones.

Vivo, libérrimo y original, este libro inclasificable incluye fotos, remembranzas, amistades y anécdotas que transmiten el primitivo placer de escuchar buenas historias. Un texto auténtico, emocionante y cómplice que te atrapará desde sus primeras páginas.

Marie Curie y la muerte

Experimento sociológico de Rosa Montero en el cual parte de las vivencias reales de Marie Curie para reflexionar sobre los temas universales de la vida: el amor, la muerte, la vida, la pareja, el sexo…

Una especie de tubo de ensayo para el que después sería otro ejercicio sublime sobre la vida y el proceso creativo de los escritores: El peligro de estar cuerda. De hecho, ambos comparten anécdotas similares y reflexiones. El libro La ridícula idea de no volver a verte es un paso previo del que a la postre será un nuevo ensayo más maduro, completo e interesante.

En cualquier caso, el libro que hoy tratamos es una reflexión directa sobre la alegría de vivir y de cómo nos enfrentamos a la muerte. Todo tratado desde una doble perspectiva paralela en la que se establece una conexión entre la apasionante vida de una de las científicas más destacadas, Marie Curie, y la gestión emocional de la muerte de su marido; y la de la propia Rosa Montero, la cual superó la muerte prematura de su compañero de vida. casualmente, mientras se encontraba escribiendo una novela sobre la enfermedad.

Dos mujeres talentosas y rebosantes de ingenio; enfrentadas a las dificultades de la época. Curie, tuvo que demostrar su talento de forma enconada para superar el rechazo de la comunidad científica, la cual veía en la investigadora una amenaza latente: una mujer destacaba en un mundo masculino. Además, la muerte de su marido, también científico, provocó que Marie tuviera que compaginar sus estudios sobre la radiación con sus labores como madre y ama de casa, lo que la llevaba a realizar interminables jornadas de trabajo.

Curie se acercó demasiado al abismo, su interés por mejorar la vida de las personas y explorar los límites de la medicina la llevaron, sin saberlo, a dejar entrar la radiación en su cuerpo, lo que a la postre terminó con su vida. Su marido, en cambio, pese a mostrar los primeros síntomas de la radiación murió en un accidente absurdo, atropellado por un tranvía cuando un día salió de casa y se despidió de su familia como otras tantas veces lo había hecho, desconociendo que ese sería su último día en la Tierra.

Marie era una heroína, una mujer aguerrida y compleja; a la que se le cerraban puertas con demasiada ligereza, encontrando la fuerza necesaria para hacer tambalear el status quo establecido.

Pero más allá de las curiosidades de su vida, Rosa Montero emplea esta biografía para tender paralelismos con su propia existencia y su proceso creativo. Especialmente, para hablar con naturalidad de la muerte y el duelo.

Desgarrador en ocasiones, el lector se sorprende teniendo que dejar el libro aparcado durante un instantes para tomar aliento y acometer la lectura de ciertos pasajes en los que Montero desgrana los entresijos de esa verdad incómoda a la que no nos queremos parar a pensar durante nuestra rutina diaria: la muerte. Esa enemiga implacable que consigue que todas las acciones del ser humano no sean más que subterfugios para no pensar en su carácter inevitable.

Quizás sea esa propia naturaleza la que invita a que vivamos la vida al máximo, siendo conscientes de las maravillas que nos brinda el simple hecho de vivir: ir a comprar el pan, pasear durante un día soleado, ver la tele en el sofá; placeres livianos que hacen de nuestra existencia algo maravilloso y único.

Para los que hemos visto la muerte de cerca a través de algún familiar, el libro servirá como manual al que volver repetidamente, un libro que no deberíamos dejar lejos, pues siempre resultará útil acudir a él en repetidas ocasiones, aunque sea para leer algún fragmento aislado.

Rosa Montero nos regala una reflexión magnífica con ese estilo desnudo y sencillo, desligado de la prosa complicada del que se cree que la complejidad y el lenguaje elevado son síntomas de un buen escritor. ¿Acaso escribir no es vaciar la prosa de todo aquello innecesario?

Leer a Rosa Montero es convertirte en mejor escritor, un anhelo por entender mejor la vida y lo que somos como personas e individuos.

Aprovecha la vida porque en cualquier momento se puede producir la muerte de un ser querido, esa persona a la que no volverás a ver jamás, lo cual tal día como hoy parece una falacia cósmica, una broma de mal gusto, una ridícula idea.

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