Reseña del libro MALAVENTURA, de Fernando Navarro
Sinopsis de Malaventura
Con Malaventura, del polifacético autor granadino Fernando Navarro, descubrimos que, también en España, existe un lejano oeste. Con sus propios Sioux, caballos salvajes, duelos al sol y tierras áridas donde solo crece la pobreza, la angustia y la violencia. La obra consta de 15 relatos ambientados en los páramos andaluces (tal vez en el desierto almeriense de Tabernas, aunque no se nombra de forma explícita). Unos textos donde el paisaje y la caracterización de los personajes cobran un lugar predominante, endurecidos por el uso del lenguaje de una manera directa y descarnada.
Reseña del libro Malaventura, relatos de polvo y sangre
En Malaventura, el autor granadino no puede disimular su amplia experiencia como guionista. Escribe, tal vez, como un cineasta miraría a través de un objetivo. Encuadrando la imagen, buscando el detalle y la plasticidad de cada escena. Escribiendo, como en el cine, en función de la luz. Porque sus relatos son fotografías antiguas, saturadas del color ocre de los desiertos, del granate de la sangre seca y del negro oscuro de la ropa. Ese tono de luto perpetuo que, aún hoy, viste a los habitantes de la España profunda.
Malaventura avanza despacio, con un tiempo narrativo engañosamente lento. Con una sensación de ansiedad que se impregna en cada página, que te hace saber que nada es pacífico en esas historias. Que solo existe apariencia de tranquilidad, porque la tragedia llegará a poco tardar. Entretanto, el autor se recrea en la angustia de los personajes, su desasosiego, la aflicción, tatuada en sus pieles cuarteadas por el sol. Porque en Malaventura hablan las navajas, narran los muertos, los perros famélicos y las viudas. La desesperanza.
Los paisajes, inconfundibles y andaluces, son fáciles de localizar. Desiertos, campos estériles, vegetación y animales abrasados por el sol. Piteras, alacranes, hierbas rastreras, organismos xerófilos. Supervivientes. Escenarios que nos transportan a los ramblares secos de Almería o Murcia, donde el rumor del agua es un espejismo. También en el lenguaje, una jerga fronteriza, propia de las tierras áridas del sur, áspera como la voz cavernosa de sus habitantes, entonada con el orujo y los gritos desgarrados de la miseria. Junto a ella, el lector cree oir un soniquete rítmico, musical. El repiquetear del martillo en una herrería, el roce de un cuchillo en una botella de anís o las palmas, apenas audibles, de un trantrán andaluz.
En Malaventura, ya en el título, todo es fatalismo. Historias lorquianas, de eternos perdedores, con pocos resquicios para la esperanza. Cuentos que retratan una miseria atávica, encastrada en unos genes oscuros que se perpetúan y cuyo único fin es la muerte o la resignación. Relatos de asesinos, bandoleros, gitanos canallas y payos miserables. De curas infames y mujeres perdidas. De vidas sin alma. Paradójicamente y con su deshumanización el autor consigue, tras llegar al extremo, humanizar a esos personajes abyectos. Seres tan ruines, tan miserables, que de alguna forma y movidos por la conmiseración nos hace empatizar con ellos.
En esa mezcolanza, paradoja entre repulsa y lástima se cuela, como una tormenta de arena, el lenguaje poético. Ya en el título del primer relato: “Yace el cuerpo de un hombre enamorado”, para saltar, sin sucesión de continuidad, a las expresiones más viscerales, descarnadas, y de nuevo, a la poesía:
“Entonces le disparé en la mano, destrozándole varios dedos que saltaron en pedazos, como quien rompe un tarro lleno de bichitos”
“El Patricio desprendía un olor como a plantas de las del monte. Como si él fuera una hierbecilla silvestre más. Agitada por el viento de las cuevas y el desierto”
Malaventura es un romancero. Un experimento social -cocinado con ingredientes del realismo mágico- que bebe de los sentimientos. Los que nos producen lástima, desprecio, asco o cariño. Los más potentes. Y como vehículo, Fernando Navarro los transmite a través de personajes con una vulnerabilidad extrema. Los niños. Los ancianos. Los seres enfermos y abandonados a su suerte. Aquellos que por su edad temprana -o tardía- no reparan en la muerte, o la ignoran. Por contra, tenemos a los que se sumergen en las tramas como combustible. Son los protagonistas de la barbarie. Los que flotan, a duras penas, con un hilo de vida. Sujetos turbulentos, salvajes, ardientes o incluso románticos, que llevan al límite sus pasiones. Los que te lanzan a la cara la verdad, tantas veces oculta, de la imperfecta condición humana. Fantasmas literarios que bien podrían, llegado el caso, intercambiarse en los relatos vecinos. Porque, al final, todos ellos son el mismo.
Sobre Fernando Navarro
Fernando Navarro (1980, Granada) es guionista de cine y crítico musical con dos nominaciones a los Premios Goya. Colaborador habitual de realizadores como Rodrigo Cortés, Paco Plaza, Jaume Balagueró o Alex De la Iglesia. Autor de guiones de cine (Bajo cero, Toro), y series de televisión (Romancero o Distrito Salvaje).
Como crítico musical, ha publicado Acordes rotos: Retazos eternos de la música norteamericana (Ed. 66 RPM, 2011), Maneras de vivir (Ed. Muddy Waters Books, 2021), Todo lo que importa sucede en las canciones (Ed. Pepitas, 2022), Mejor Libro Musical del año 2023 y, más recientemente, Algo que sirva como luz (Ed. Aguilar 2024), la historia del rencuentro para el grupo musical Supersubmarina.
Malaventura, su primera obra de ficción fue galardonada, en 2022, con el Premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en España.
Ficha técnica
- Título: Malaventura
- Autor: Fernando Navarro
- Editorial: Impedimenta
- Páginas: 185
- Año: 2022
- Género: relato
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