Reseña de Llévame a casa | El Quinto Libro

La señora Potter no es exactamente Santa Claus de Laura Fernández

Sinopsis

La fama de la desapacible Kimberly Clark Weymouth, una pequeña ciudad eternamente aquejada por heladas ventiscas y mucha nieve, y donde Louise Feldman ambientó el clásico infantil La señora Potter no es exactamente Santa Claus, permitió a Randal Peltzer abrir una exitosa tienda de souvenirs. Cada día, la ciudad recibe a lectores de la excéntrica escritora y, a regañadientes, vive de ella.

Pero, ¿qué pasaría si, harto de un destino que no ha elegido, Billy, hijo de Randal, decidiese cerrar la tienda para mudarse a otra ciudad? ¿Podría Kimberly Clark Weymouth permitirse dejar de ser el lugar que ha sido siempre y convertirse en otra cosa?

La imaginación al poder

El libro de Laura Fernández llegó a mis manos cuando me pidieron que presentara a la autora en la recién instaurada Feria del Libro de Cartagena, sin embargo, por diversos motivos, no pudo venir a la ciudad y eso me ha dejado con unas ganas inmensas de comentar la novela, así que me voy a desquitar con vosotros. He leído que la autora tardó cinco años en terminar la novela y que hizo un intenso trabajo de poda que la dejaron en, solamente, seiscientas páginas. Y no me extraña porque, entre sus páginas, hay tal cantidad de varios y variopintos personajes y situaciones, tan bien hilados y empastados que no creo que fuera posible hacerlo en una tarde.

La historia es una locura, una locura tierna y reivindicativa, un disparate lleno de sentido y temas tan intensos como la maternidad, las expectativas de los demás sobre nosotros, la literatura, el proceso creativo, los incomprendidos, la maldición del éxito… La novela se sitúa en el desapacible, ventoso y siempre nevado pueblo de Kimberly Clark Weymouth, un lugar que podría parecer sacado de una de esas películas de sobremesa de navidad y en el que «las paredes no sólo escuchan sino que anotan todo lo que se dice».

Es un sitio donde siempre es navidad, donde los adornos y el ambiente colorido, devastado por el tiempo, pero imperturbable, se mantiene constante ya que es en esa época y lugar donde Lousie Feldman ambientó su famosa novela La señora Potter no es exactamente Santa Claus, novela infantil que da título a nuestra historia. Y es que, la señora Potter es un personaje de ficción dentro de nuestra ficción. Y es esa misma historia la que ha situado a ese desapacible pueblecillo en el mapa y de la que viven la mayoría de sus habitantes, algunos más entusiasmados que otros.

Hay tal cantidad de personajes que es imposible nombrarlos a todos, cada uno con su particularidad, su rareza, su secreto o su lucha interna, que me parece destacable el trabajo que ha hecho Laura al construirlos. La narrativa es un alarde a la imaginación y a la originalidad, dentro del absurdo en el que a veces se sume la trama, hay frases profundas, de esas que se quedan en el paladar para que las saborees con calma.

«…, ¿y no era eso, después de todo, la literatura? Reabrir una herida, fingir que era cualquier otra cosa, para no tener que aceptar lo que no tenía otro remedio que aceptar, que nada cicatriza, que toda herida sigue latiendo, a la espera de volver a ser abierta, y que el oficio de escritor consiste básicamente en eso, en impedir que algo se cierre».

Me han llamado la atención muchísimas cosas a lo largo de las seiscientas páginas, entre ellas, los nombres de los pueblos, todos ellos con nombre y apellidos y las referencias a los ceños de los protagonistas como una descripción de su personalidad, me parece una genialidad, de verdad, tengo marcados en el libro todas y cada una de ellas.

«El ceño de la señora Rusell volvió a encogerse de aquella manera en que se encogían los ceños, empolvados y aburridos, de quienes no podían creerse que el mundo no fuese exactamente como ellos esperaban».

Kimberly Clark es un lugar desapacible, ventoso y aburrido en el que sus habitantes, ante nada mejor que hacer, se dedican a intentar descubrir qué pasa en la vida de los demás, a observar si en la de los otros ocurren cosas más interesantes, sufren más, aman más, viven más, esconden más…, algo así como lo que ocurre en la sociedad globalizada de hoy en día, todos queremos saber qué le pasa al de al lado porque está a un simple golpe de ratón. Esta aldea global en la que vivimos es un gran patio de vecinos donde, entre lo que nos muestran y lo que nos inventamos, podríamos ser parte también de la Intelligentsia de Kimberly Clark Weymouth.

En definitiva, La señora Potter no es exactamente Santa Claus es una novela brillante, disparatada y llena de verdad y temas muy interesantes. Es un ejercicio de imaginación, de volver a dejarte llevar por ese lado de la infancia en el que cualquier cosa es posible, donde nada es una locura porque todo puede suceder y que, al mismo tiempo, son como esas afirmaciones infantiles rotundas que dejan a los adultos con la palabra en la boca.

«—¿Uno puede parecer algo que no es, papá?

—Ajá, exacto, pequeño.

—Pero ¿por qué iba a querer alguien parecer algo que no es, papá?».

Por aquí os dejo una entrevista muy interesante que le hicieron a Laura Fernández y dónde podréis saber más cosas sobre su novela.

Y ya sabéis que en mi perfil dentro del blog tenéis todas las lecturas que me ha parecido interesante comentar, por si queréis daros una vuelta. Pilar Fernández Senac | El Quinto Libro

SOBRE LA AUTORA

Laura Fernández nación en Terrasa en 1981, es periodista y escritora. Fan confesa de Philip K. Dick, Therry Pratchett y Stephen King y de las películas Los Gremlins y Jurassic Park. Actualmente es colaboradora de El PAIS y autora de Bienvenidos a Welcome (2008), Wendolin Kramer (2011), La chica Zombie (2013), Connerland (2017), pero ha sido con La señora Potter no es exactamente Santa Claus (2021) la que la ha puesto en la portada de la literatura nacional. Por esta obra ha sido galardonada con diversos premios como Premio El Ojo Crítico de Narrativa, Premio Finestres de Narrativa, Premio Mejor Libro de Ficción por los Libreros y Premio Kelvin 505 a mejor novela original publicada por primera vez en España en 2021.

Podéis seguir a la autora en Twitter: @laura_fernandez