Reseña de Aguas azul tormenta

Un cuento del abuelo

Las dos novelas publicadas por la joven autora Esther Ginés en la editorial Tres hermanas nos acercan al mar, pero a un mar inhóspito y grandioso. La anterior, Mares sin dueño, ya nos descubría, con su retrato de las Islas Orcadas, un mundo completamente desconocido. En esta última novela, Aguas azul tormenta, nos adentra de nuevo en la vida cotidiana de esas islas, de naturaleza indómita, y habitadas, escasamente, por gentes poco dadas a la comunicación o la efusión propias de nuestras latitudes.

El escenario se convierte en personaje fundamental de la novela. Ya en Mares sin dueño, la protagonista, una mujer del sur en el norte más septentrional, debe averiguar lo que sucede, lo que sucedió y cómo enfrentarse a ambas cosas. En Aguas azul tormenta, la narradora llega a la isla de Fair en busca de lo imposible, de la madre desaparecida y de sí misma. Como dice la propia autora: “A veces parece que el mar está en calma y que podemos ver todo lo que hay bajo esas aguas cristalinas, pero realmente es enigmático y desconocemos mucho de él. El alma humana es, en ocasiones, inescrutable, aunque a simple vista parezca lo contrario. El mar me permitía hablar de las cosas que ocultamos y que, de repente, salen a la luz y son devueltas a la realidad, casi como los restos de un naufragio que al cabo de un tiempo llegan a la costa”.

Como lectora, he disfrutado de cada página, la he leído con la calma que trasmite el mismo escenario, y me he dejado sorprender por la magia que esconde la narración. Los mitos y las leyendas están ahí, en apariencia en el extremo opuesto al trabajo de los científicos. En la isla se cuentan historias fantásticas de selkies, mujeres con piel de foca, seres mitológicos que pertenecen al mar aunque puedan vivir poco tiempo en tierra firme, siempre cerca del agua. ¿Sería su madre una selkie? Se pregunta la protagonista, rodeada de zoólogos que estudian el comportamiento de los animales de la isla.

Odette vive del recuerdo de su madre, un recuerdo que quizá no sea certero sino una invención después de tantos años. Necesita saber los motivos de una madre para abandonar a sus hijos, necesita escribir para “desatascarse”, para eliminar todo lo acumulado que nos impide funcionar. “La vida suele ser un atasco constante de las cosas no dichas, de sentimientos acumulados que acaban pudriéndose”. Quienes escribimos sabemos bien del poder catártico de la escritura.

Habla también de la necesidad de asumir responsabilidades para con los demás, de la búsqueda de uno mismo, algo que nos incumbe porque, en algún momento, todos andamos perdidos por la vida.

Los temas hondos y complejos se suceden en la historia y son tratados con delicadeza y con un estilo personal y brillante. El amor como éxito y también como fracaso, la dificultad de las relaciones personales y la incomunicación aparecen escritos y reflejados en un paisaje helado que invita a la introspección, que obliga a enfrentarse con los propios miedos, con las dudas y los deseos más profundos.

En palabras de la autora: “La historia surge de mi pasión por el mar y de la similitud que este tiene con el alma humana”. Hay una reivindicación de la libertad, de la necesidad de huir de las imposiciones y del deber de explicar todas las decisiones que tomamos; deber que persigue a las mujeres. Invita a la reflexión sobre este y otros aspectos: ¿la soledad crea monstruos donde no los hay? ¿Debemos buscar la aprobación a toda costa? ¿Los lugares nos eligen para determinados momentos? ¿Las cosas, para ser fáciles, primero tienen que ser complejas? ¿Hay que desprenderse de los objetos del pasado? ¿Lo que está bien contando es igual que si fuera una verdad?

Las buenas historias traen siempre luz, como asegura la protagonista, y esta novela es luminosa a pesar de transcurrir en una isla donde el sol se pone tan temprano que sus habitantes conviven con la oscuridad de manera permanente. Mi recomendación: lectores, déjense atrapar por esta novela que tanto habla de la condición humana y también de los sueños. Y entren en el juego de la realidad y la fantasía, como si escucharan un cuento narrado por el abuelo.

Lee más reseñas de Rosa Huertas.

Aguas azul tormenta en la web de Tres Hermanas.

Sobre la autora

ESTHER GINÉS (Ciudad Real, 1982) es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Narrativa por la Escuela de Escritores. Especializada en literatura, ha trabajado en medios de comunicación y en departamentos de prensa de editoriales, así como en temas de redes sociales. Es autora de las novelas El sol de Argel (Ed. Carena, 2012), En la noche de los cuerpos (Adeshoras, 2017), Mares sin dueño (Tres hermanas, 2020) y Aguas azul tormenta (Tres Hermanas, 2022). Ha participado en varias antologías colectivas como Blue bayou (Ed. Rubeo, 2013), Cine y moda (Pigmalión, 2015) o Amores de ficción (Pigmalión, 2018). Colabora habitualmente con medios como El Huffington Post y El marcapáginas, en Capital Radio, y es autora del blog literario Un día en Macondo.

Sinopsis

Odette Murray es una escritora que llega a la isla de Fair, en las Orcadas, donde su madre desapareció más de diez años atrás. La narración comienza el último día que compartió con ella, quien dejó tras de sí un marido y tres hijos. Aquella desaparición inexplicable, aquel abandono marcó la vida de Odette y del resto de la familia. Ella pretende escribir una novela en el entorno hermoso y hostil de la isla, encontrar el rastro de su madre ausente, comprender los motivos y, al tiempo, huir de sí misma y de un matrimonio cuesta abajo. En la isla, se encontrará con leyendas que hablan de seres entre la realidad y la ficción, como las historias que le narraba su abuelo, quien fue farero por aquellas latitudes.