Reseña de Matar a un ruiseñor

17 julio, 2022 Pilar Fernández Senac

Mes de los clásicos: Matar a un ruiseñor, de Harper Lee

Sinopsis de la obra

«Dispara a todos los grajos que quieras, si puedes acertarles, pero recuerda que es pecado matar a un ruiseñor.»

Este es el consejo que da a sus hijos un abogado que está defendiendo al verdadero ruiseñor del clásico de Harper Lee: un hombre de color acusado de violar a una joven blanca. Desde la mirada de Jem y Scout Finch, Harper Lee explora con humor y una honestidad insobornable la irracional actitud que en cuestiones de raza y clase social tenían los adultos del Sur profundo de los años treinta.

La novela, galardonada con el premio Pulitzer 1961, recrea la vida en un pueblecito del sur de Estados Unidos, en los años treinta. Este pequeño mundo, con sus alegrías y tristezas, va siendo descubierto por los ojos infantiles de la protagonista. En su aparente simplicidad temática se descubre un mundo cálido, tierno y profundo a la vez.

La fuerza de la inocencia

Hace un tiempo, a mi hija le pusieron en el instituto la película de Matar a un Ruiseñor y recuerdo que llegaba a casa contando maravillas y comentando lo que había dado sí la visualización del día. Fue entonces cuando me di cuenta de que, en todos mis años lectores, no había dado una oportunidad a la novela que la inspiró. De ahí que, cuando un tiempo después me encontré con ella en la librería, no lo dudé y la llevé conmigo a casa. Como tampoco dudé a la hora de elegirlo para el mes de los clásicos del blog, era el libro perfecto.

Harper Lee tiró de imaginación a la hora de crea Maycomb, un ficticio pueblo de Alabama que, tal vez no exista como tal en el mapa americano, pero que sí representa a más de una localidad de los estados del sur de ese continente que, en la primera mitad del siglo veinte, todavía con la Guerra de Secesión fresca en la memoria colectiva y sus consecuencias, la segregación racial seguía siendo el pan de cada día. La percepción racial de los habitantes de ese lugar imaginario son un ejemplo claro de lo que se vivía en ese tiempo en muchos lugares de los Estados Unidos y que la misma autora experimentó en su infancia.

La novela siempre ha vivido con el estigma de ser la única publicación de la autora, quién después de ganar un Pulitzer con ella y todo el reconocimiento que acarreó, desapareció de la vida pública y de la literaria. Aunque años más tarde, Harper Collins se hiciera con los derechos de otra obra inédita de Harper Lee, Ve, coloca un centinela, historia de la que surgió Matar a un Ruiseñor, ya que nació antes que esta última, pero vio la luz más de cincuenta años después. Os dejo el enlace de un artículo muy interesante que sacó El País con motivo de su publicación.

Matar a un ruiseñor está narrado desde la visión infantil e inocente de Scout, hija del abogado viudo Atticus Finch. Es desde la mirada sin adulterar de la pequeña Scout, quien junto a su hermano Jem y su amigo Dill, conocemos en profundidad el funcionamiento de la sociedad de este pequeño pueblo de Alabama, comandado por la soberanía, y la tiranía, del hombre blanco.

Scout es una niña inquieta, inteligente, orgullosa y curiosa que quiere comprender el mundo que la rodea y que es capaz de cualquier cosa para ello. Tiene un carácter valiente y atrevido, quizá demasiado para ser una niña que debería de estar más preocupada por aprender a comportarse y a bordar que de correr por los campos vestida como un chico yhacer salir de casa al misterioso Bob Radley.

«Nunca aprendí a leer deliberadamente, pero me había revolcado de manera ilícita en los periódicos diarios. (…) no podía recordar cuándo las líneas por encima del dedo en movimiento de Atticus se separaron en palabras. (…) Hasta que temí poder perderlo, nunca me encantó leer. A uno no le encanta respirar».

Toda la historia está narrada con sencillez pues es la voz de una niña de ocho años la que nos hace recorrer sus páginas. A veces, creemos que lo bello y lo sencillo no pueden ir juntos, sin embargo, en este caso, ese lenguaje sin artificios, simple y cotidiano envuelve a la historia de esa belleza que se descubre en la normalidad.

No cabe duda de que la historia que descubrimos en sus páginas es de vital importancia en la narración, la realidad de los afroamericanos en esos estados del sur de Los Estados Unidos; la rigidez de una sociedad prejuiciosa y encorsetada en normas y estándares que se van quedando atrás; los problemas de un padre viudo a la hora de educar a dos niños sin la ayuda de una mujer; la religión como dictadora de normas sociales que se deben seguir…

«Hay hombres tan ocupados preocupándose por el otro mundo que nunca han aprendido a vivir en este».

No obstante, todo eso se desarrolla y confluye con una facilidad increíble por los personajes creados por Harper Lee. No solo Atticus Finch, abogado honesto y justo conocido por todos, ni la pequeña y temperamental Scout Finch, sino también la señorita Maudie, vecina de los Finch y amante de las plantas que ofrece una forma nueva de entender lo que pasa a los niños; o Jem Finch, el hermano mayor, debatiéndose entre seguir en ese mundo infantil o adentrarse en el de los adultos, más complejo y oscuro. También la adorable, y estricta, Calpurnia, empleada negra y única figura femenina en el hogar de los Finch, y la tía Alexandra, que aparece a partir de la segunda parte de la historia como contrapunto cabal y conforme a los cánones que rige la sociedad. Todos ellos, junto los personajes más pequeños, pero no menos importantes como Tom Robinson, Bob Ewell, la señorita Caroline…, danzan en una conjunción perfecta entre las líneas que se desarrollan en la novela, dejando al lector esta obra honesta, cruda y, al mismo tiempo, deliciosa que ha sobrevivido al paso del tiempo.

«Hago lo posible por amar a todo el mundo…, aunque a veces me cuesta mucho… Cariño, que te llamen lo que otra persona cree que es algo feo nunca es un insulto. Solo te demuestra lo ruin que es esa persona, no te hace daño».

Cuando acabas de leer Matar a un ruiseñor, te das cuenta de que un solo hombre no puede cambiar lo que está profundamente enraizado en el funcionamiento de una sociedad, por mucho que lo intente y por mucho que siembre dudas. Sin embargo, esas dudas pueden ser la piedra que agite el estanque calmado, el primer paso que, aunque lento, comience un movimiento hacia un mundo mejor. Ese es Atticus Finch, y ha sido una gozada conocerlo a través de los ojos de su pequeña.

Os dejo por aquí los clásicos que reseñé los años anteriores en el blog, por si os apetece echar un vistazo y animaros con su lectura:

Reseña de Una ciudad flotante Julio Verne | El Quinto Libro

Reseña de Las olas de Virginia Woolf | El Quinto Libro

Sobre la autora

Harper Lee nació el 28 de abril de 1926 en Monroeville, Alabama, lugar donde también falleció en 2016. Cursó estudios en las universidades de Alabama y Oxford, donde estudió derecho durante varios años y escribió para el periódico de la universidad, aunque no completó el grado. En 1949, se trasladó a Nueva York, donde trabajó como recepcionista en una compañía aérea, mientras trataba de fraguarse una carrera como escritora. En 1960, publicó Matar a un ruiseñor, un año más tarde recibió el Pulitzer por ella y, tan solo dos años después de su publicación, se adaptó al cine.

Ficha técnica

Título: Matar un ruiseñor

Año de publicación: 1960

Año de esta edición: 2021

Género: Narrativa

Editorial: Harper Collins Ibérica

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