Reseña de Cicatriz, de Sara Mesa

Relaciones tóxicas que enganchan

Nuestra puntuación

Sinopsis de Cicatriz

Sonia conoce a Knut en un foro literario de internet y, a pesar de los setecientos kilómetros que los separan, inicia con él una particular relación marcada por la obsesión. Entre la atracción y la repulsión, no puede evitar sentirse fascinada por este personaje insólito y perfeccionista, que vive fuera de toda norma social y que la corteja a través de suntuosos regalos robados.

Tan joven y hablando de escritores del XIX. Filosofando. Teorizando sobre el individuo y el grupo, y la hipocresía social, y los chivos expiatorios, y Dios y el destino, la virginidad y el sexo. Solía decir que no hay placer comparable a pensar. Y no, no era petulante ni vanidoso. Era simplemente… exhaustivo.» Su necesidad de poner distancia cuando Knut se vuelve demasiado absorbente, pero también su irrefrenable curiosidad y el ansia de vivir experiencias más allá de una existencia excesivamente reglada, llevarán a Sonia a una doble vida secreta en la que quedará atrapada durante años sin posibilidad de exculparse.

Mi opinión de Cicatriz

Existen ciertos autores y autoras que trasladan la sensación de ser artesanos. Una especie de tejedores de historias donde las palabras adquieren la ligera consistencia de hilos que se superponen, en el orden adecuado, para presentar el resultado final de un tapiz único y exponencialmente original.

Los que me conocen saben de mi admiración por el sello editorial Anagrama, y en esta obra encontrarán una muestra de lo que puede ser la principal razón: la originalidad prima por encima de cualquier otra cuestión, o eso quiero pensar, en la casa de Jorge Herralde.

Sara Mesa nos ofrece una obra cuyo argumento se sustenta en el amor, aunque de una manera absolutamente sui géneris. Cicatriz nos presenta una trama basada en una relación turbia entre una mujer con una existencia pueril, y un hombre que genera una alta animadversión en el lector.

Una prosa que atrapa y que es al mismo tiempo oscura y luminosa.

También encontraremos una ácida crítica de la sociedad de consumo, una extraña sexualidad y una arisca fotografía de lo que viene a ser la vocación por la literatura, o lo que el público general piensa que es, y que en realidad se parece como un huevo a una castaña.

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En cuanto a la cuestión técnica, cabe destacar la sutil manera de la autora de introducir la metáfora en su prosa, no muy abundante y casi siempre empleando una sola palabra, como un francotirador que no gasta más de una bala para abatir a su víctima.

La voz narrativa dirige el espectáculo en tercera persona, limitándose a detallar lo que se cuentan ambos protagonistas de manera epistolar. Una arquitectura donde se alterna la voz del narrador con las conversaciones en los correos electrónicos de los personajes.

Reconocerán conmigo que el detalle, ya de por sí, es del todo inusitado en el panorama literario actual.

La novela, en mi opinión, es merecedora de mucha más audiencia de la que creo que ha tenido, y ojalá me equivoque en este punto. Lo es por la originalidad de la situación y del modo sorprendente en el que se desarrolla, provocando numerosos vuelcos conforme avanza la trama.

Por eso, quizá, el desenlace me pareció un tanto descafeinado, dejándome a la espera de otra gran sorpresa. No obstante, recomiendo encarecidamente su lectura, si bien tampoco la creo para todos los públicos.

Sobre la autora

Sara Mesa (Madrid, 1976) Estudió Periodismo y Filología Hispánica. Desde niña reside en Sevilla. Es una galardonada autora de relatos y novelas. En Anagrama se han publicado Cuatro por cuatro (finalista del Premio Herralde de Novela).

Cicatriz (Premio El Ojo Crítico de Narrativa y elegido entre los libros del año por El País, El Mundo, ABC, El Español y otros medios):

Sus inicios literarios se centraron en la poesía, que abandonó muy pronto, aunque a pesar de eso su poemario Este jilguero agenda (2007) fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía «Fundación Cultural Miguel Hernández».