Reseña de Atropia
Título: Atropia
Autor: Manuel Susarte Román
Editorial: Doblecé Ediciones
Año: 2021
Páginas: 227
Calificación:
Sinopsis de Atropia
La tradición popular nos ha advertido en multitud de ocasiones que no siempre resulta buena idea regresar al escenario en el que transcurrió nuestro pasado. El protagonista de Atropia, un periodista estancado en su profesión y víctima del desencanto, va a comprobarlo por sí mismo cuando vuelva al pueblo en el que vivió de niño.
Un tiempo para recuperar el pulso de antiguas amistades, recorrer las calles de aquel lugar congelado en sus recuerdos, pero, por encima de todo, descubrir la magnética figura de un misteriosos personaje que le obsesionará, enfrentándole a un mundo desconocido hasta entonces: el de las sombras que nos rodean.
Las tranquilas vacaciones acabarán convirtiéndose en una sucesión de acontecimientos extraños e inexplicables, que cambiarán su vida.
Sobre el autor
Manuel Susarte Román nació en Mula, en 1973, y a lo largo de esos años ha leído y escrito hasta donde es capaz de recordar. Trabaja de comercial, está casado y tiene una hija y un hijo.
Durante los extrañísimos meses de la pandemia, como la panadería no le atrae, aprovechó para sentarse en serio delante de la libreta y escribir. Aunque básicamente es cuentista y autor de relatos, se ha atrevido con algo más largo y ha acabado dos novelas cortas (o medianas, pues teniendo en cuenta la subjetividad del término, depende de lo bien que le hayan quedado el que se hagan más largas o más cortas para el lector). Atropia es, por tanto, su primera incursión en la novela.
Ha participado en varios concursos de relatos y ha ganado en tres ocasiones: El II Certamen de Microrrelatos organizado por Radio Pinatar y en dos ocasiones el Concurso de relatos cortos Club de lectura Caballero de Mula. Además, tiene publicada una antología de relatos, Fiebre y Martirio, mano a mano con un amigo.
Reseña de Atropia
Otras reseñas de Jesús Boluda del Toro.
Una vez más (últimamente me pasa de forma frecuente), me enfrento a una reseña complicada. No por el libro en sí, sino por las circunstancias que la rodean. Manuel Susarte es una de esas personas que son amigos de un amigo, y que, sin darte cuenta, entran a formar parte de tu universo particular. Si a la ecuación sumamos la pasión por la lectura, escritor favorito y una buena dosis de socarronería, el resultado es el de muchos años compartiendo ideas para relatos o novelas, conversaciones sobre lo bien y lo fácil que escribe el cabrón de Stephen King, y cientos de cafés para contarnos nuestras penas y alegrías.
Además, la historia que hoy provoca esta reseña, es una historia que he escuchado desde hace más de diez años, siempre con alguna nueva pincelada cuando preguntaba por ella, pero que Manuel guardaba, como otras tantas, en un retazo de papel en su escritorio, a la vez que cocía a fuego lento en su mente. No voy a ahondar mucho en la cantidad de ocasiones en las que le insistí, rogué, aconsejé, exigí, requerí y otros muchos atributos más asociados al término «pedir» que se sentase de una vez y diera forma a esta y otras ficciones que le rondan. ¡Ya está bien!
Y, ahora sí, voy a intentar contar de forma objetiva algo de Atropia. Supongo que para eso estás leyendo la reseña, y que te importa más bien poco mi relación con el autor y mucho menos nuestra amistad a lo largo del tiempo.
Hablamos de una novela de misterio, con una clara línea ascendente en su nivel de narración e intensidad. Narrada en primera persona, sin otra perspectiva que la del propio protagonista y su vuelta al lugar donde pasó su infancia para disfrutar de unas vacaciones. Es destacable el hecho de que, casi sin darte cuenta, notarás que el límite entre la realidad y las ensoñaciones de Juan, el personaje principal e hilo conductor, se va convirtiendo en una tenue línea, apenas perceptible, que producirá un efecto casi anestésico en el lector.
Los escenarios, para quiénes vivimos en el pueblo del autor, son reconocibles. Para el resto, no es un punto que merme ni un ápice el devenir de la historia. Exceptuando si acaso las grandes urbes, esta novela se podría situar en la gran mayoría de pueblos de España, con sus bares y terrazas, sus callejuelas y su sofocante calor veraniego. Podría mantener un símil con El misterio de Salem´s Lot en cuanto a pueblo tranquilo donde casi nunca ocurre nada, y con el misterioso hombre que vive en un vetusto caserón. Incluso el ambiente es parecido. Se nota que Manuel Susarte ha leído mucho de la obra de Stephen King, y se siente en su forma de narrar.
Y hablando de grandes nombres en la historia de la literatura, en Atropia encontrarás, al más puro estilo de las obras dramáticas de la antigua Grecia y que Aristóteles definió de una forma tan magistral que perdura en nuestros días, la catarsis. Ese momento de purificación y liberación al saberse transformado por la experiencia vital por la que estaba pasando, y convertirse en el vicario del extraño personaje que tanto le atrae.
Tampoco es cuestión de desvelar mucho más, pues sabido es que las reseñas de El quinto libro están enfocadas a contar de qué va la novela sin desvelar nada de su entramado, así que solo me queda despedirme recomendando su lectura, y, sobre todo, la futura producción que este autor que ahora se presenta al público más general, pero que quienes lo tenemos cerca sabemos de su enorme calidad literaria.
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