Crítica de la novela El abismo verde de Manuel Moyano
Título: El abismo verde
Autor: Manuel Moyano
Editorial: menoscuarto
Año: 2017
Páginas: 166
Género: Aventuras, misterio, fantástica
Calificación:
Sobre Manuel Moyano
Manuel Moyano nació en Córdoba en 1963, creció en Barcelona y en 1991 se estableció en Molina de Segura (Murcia), donde reside. Autor de varios libros de diferente índole, ha obtenido varios premios como el Tigre Juan por El amigo de Kafka (2001), el Tristana por La coartada del diablo (2007), el Celsius de la Semana Negra de Gijón por El imperio de Yegorov (2014) y recientemente ha sido galardonado con el premio Carolina Coronado por La hipótesis Saint Germain (2017). La antropología y los viajes son algunos de los intereses de este narrador de prosa precisa, al que le gusta coquetear con lo fantástico en sus escritos.
Sinopsis de la novela
Un joven sacerdote, abrumado por dudas teológicas llega en misión al remoto pueblo selvático de Agaré, habitado por leñadores mestizos cuya aparente religiosidad encubre apenas un profundo salvajismo. Misteriosas expediciones nocturnas al corazón de la jungla, una ciudad milenaria en ruinas, la ausencia de mujeres y los rumores sobre ciertos espíritus de la selva son algunos de los elementos de esta obra.
Crítica de la novela El abismo verde
El abismo verde ha sido una novela que me ha generado sensaciones contradictorias. Me ha llevado con maestría por lugares amazónicos, me ha hecho sentir el fango en mis propios pies y el hedor que puede desprender un cuerpo putrefacto, todo ello gracias a una prosa muy bien elaborada y a una fantástica descripción de los lugares y los ambientes. El hecho de que sea una novela escrita en primera persona, y con una línea argumental continua ayuda a que esta sensación aumente. Sin embargo, y como contrapunto, me ha dejado frío el final de la historia, con una resolución abrupta, incluso diría que forzada. Tampoco me ha terminado de convencer la ambientación, pues durante todo el escrito tienes la sensación de que estás leyendo una historia del siglo XVI o XVII, y en realidad no es así.
Es, sin duda, una historia de aventuras a la antigua usanza, con todos los elementos que la componen. Un lugar especial, la capacidad del protagonista de enfrentarse a riesgos, misterios y peligros junto a las pinceladas que el autor dibuja en hechos misteriosos que se escapan al conocimiento y a la lógica dan fe de ello.
El protagonista de la novela es un recién ordenado sacerdote al que, por falta de afinidad con su superior, es enviado a Agaré, un pueblo amazónico perdido en la selva, donde todos sus habitantes son hombres mestizos que trabajan talando un bosque adyacente para una compañía papelera. La única mujer que habita el lugar es la compañera de Gerhard Lavinger, el gordo y borracho alemán delegado de la nombrada compañía papelera, y con quien el «padrecito», pues así llaman al sacerdote desde que llega, tendrá una peculiar relación a lo largo de la historia.
Casi sin terminar de poner las fichas en el tablero, el sacerdote, más dado a leer libros de aventuras que a practicar la oración o la predicación, acciones estas más propias de su profesión, comienza a ver movimientos extraños en aquellos mestizos que tiene como fieles a su iglesia, en forma de expediciones nocturnas al corazón de la selva. Decide, como buen aventurero, investigar y se encuentra con una traumática realidad.
Desde este momento arranca una frenética narración en la que el interés del lector va in crescendo, buscando una explicación a los inexplicables hechos. El sacerdote intenta por todos los modos que están en su mano evitar un mal mayor para su congregación. Y aquí llegamos al momento culmen de la novela, donde el sacerdote y su acompañante, como en un guiño a la novela de aventuras más universal, El quijote, se encuentran con unos gigantes a los que ni saben ni pueden derrotar. Es el abismo verde que da título al libro, y donde, a mi humilde modo de parecer, el autor podría haber cerrado de una forma diferente en cuanto a narración, pues respecto a la resolución es la más adecuada, o la más lógica al menos.
Para resumir, El abismo verde es un libro de aventuras con un final un poco desventurado.
