Entrevista a Carlos Bassas del Rey

29 agosto, 2023 Alfonso Gutiérrez Caro

Entrevista a Carlos Bassas del Rey

Hoy tenemos el privilegio de contar con el novelista, guionista y periodista Carlos Bassas del Rey, finalista del VII Premio de Novela Cartagena Negra con su obra Sinántropos (Alrevés, 2022), y una de las voces más reconocidas del noir de nuestro país.

Novela nominada a Mejor novela negra en Cartagena Negra 2023.

Visita nuestra sección especial dedicada al evento con reseñas y entrevistas a los nominados de las pasadas ediciones en: Cartagena Negra.

1- Lo primero es lo primero: enhorabuena y bienvenido de nuevo a El quinto libro. ¿Qué se siente cuando te dicen que tu criatura está nominada al Premio Mejor Novela en un festival como Cartagena Negra?

Alegría, agradecimiento, orgullo, sorpresa. Que te nominen a un premio es siempre algo que, por un lado, no te esperas, pero que, por otro, anhelas en silencio (al menos una vez) porque es un reconocimiento ajeno a tu obra. Alguien, en algún lugar, ha pensado que, de todas las novelas que se ha leído el jurado ese año, la tuya está, como mínimo, entre las tres o cuatro o cinco, dependiendo del certamen, mejores, y eso ya es un premio en sí mismo. Cuando quien te nomina es, además, un festival especializado con la trayectoria de Cartagena Negra, la satisfacción es aún mayor. Aunque lo correcto, quizáslo más preciso y precioso, sería decir que es diferente. En cuanto que marca la diferencia.

2- Sinántropos es una novela curiosa. Por un lado es dura, dolorosa y hasta sucia en ocasiones; por otro tiene una vis poética y trascendental, bonita a su manera. ¿Cómo conseguiste conjugar de manera tan excelente ambos aspectos?

Hace tiempo, jugando con otro enorme escritor y amigo, Jordi Ledesma, decidimos crear un movimiento dentro del noir llamado “Poética de lo negro” o “Negro poético” (aún debemos darle un par de vueltas más al concepto, quizás tras hacer un máster en márquetin). No fue más que una broma, un juego, pero creo que, en el fondo, define bastante bien cómo entiendo (entendemos algunos) el género, con una gran preocupación por el estilo desde la dureza de la realidad que narra, que retrata, en absoluto incompatibles. Para mí, los tres pilares de toda novela son el personaje, el estilo y la trama; algunos escritores son unos tramadores increíbles, también construyen grandes personajes, pero no le dan a veces tanta importancia al estilo, a su belleza, a lo poético, a lo retórico incluso, porque lo ven, quizás, incompatible con el género. Lo entiendo y me parece bien, y como lector disfruto mucho de esas novelas también, pero como escritor me gusta que la musicalidad y la belleza del propio texto destaquen, estén presentes. Supongo que cada uno saca partido de sus mejores cualidades, y luego están aquellos compañeros, malditos, que son buenos en todo: personajes, trama y estilo. Y hay unos cuantos, varios de ellos, curiosamente, poetas además de narradores.

3- Como decía, estamos ante una historia dura, en la que la desesperación de los personajes es palpable. ¿Cómo fue el proceso, emocionalmente hablando, de escribir algo así?

No te diré, aunque quede muy bien en las entrevistas (como lo de que los personajes te hablen), que uno siente todo el dolor de los personajes heridos, desesperados que crea, porque sería imposible, al menos para mí, seguir contando historias. Pero sí te diré que ciertos personajes exigen mucho esfuerzo porque no tienen nada que ver contigo, ni el mundo en el que han nacido, ni en el que viven, ni cómo sienten, ni cómo piensan o miran… Para mí, el verdadero reto es ese; eso es lo que me supone más esfuerzo. Me refiero a algo que trasciende a cómo hablan, cómo se mueven o cómo viven, a lo meramente documental, por expresarlo de algún modo. Estoy hablando de ser capaz de crear algo más profundo, y eso tiene que ver con cosas que van más allá de la propia técnica literaria (que también es importante). Eso es lo realmente complicado.

4- En Sinántropos hay una buena colección de perdedores, un “bestiario”, si me permites la expresión, de lo más nutrido. ¿Cómo te inspiraste para dar vida a estos personajes?

Siempre pienso primero en los personajes y después en la trama. Creo un elenco de personajes, cada uno distinto, símbolo de algo, por decirlo de algún modo, y luego creo una trama en la que pueda mostrar el interior de cada uno de ellos del mejor modo posible. Algunos personajes nacen ad hoc para cada nueva novela, otros provienen de descartes de otras en las que, por lo que sea, los acabas quitando. Otros son variaciones más o menos extremas, hacia un lado o hacia otro, de personajes parecidos que ya existen, pero que no encajaban llevados al extremo en otra trama. Para cada personaje, yo al menos, uno siempre roba cosas de otros, de otras novelas, de la vida real y de uno mismo, de tu propia biografía. Y luego están aquellos que son proyecciones. No debemos olvidar nunca que, cuando escribimos ficción, lo que acabamos haciendo es estilizar la realidad y crear, en gran medida, arquetipos, de ahí que, muchas veces, sean extremos porque les enfrentamos a sucesos extremos. Para mí, lo más difícil a la otra de crear un personaje es dar con dos cosas: su mirada y su voz. Una vez tengo eso, ya tengo lo más importante y creo a partir de ahí. En el arte, la mirada y la voz lo son todo para mí. La del propio autor y las de los personajes. Unas veces coinciden, otras no.

5- ¿El nombre (o sobrenombre) por el que se le llama al protagonista es un homenaje a cierto personaje icónico del cómic? ¿Por qué?

Porque era el personaje favorito de mi padre. Desde pequeño he visto en casa cómics de Corto Maltés. Mi padre me enganchó, y, con el tiempo, llegué a apreciarlo tanto como él, poco a poco, a medida que me hacía mayor y entendía mejor ciertas cosas, su mirada y su voz tan especiales.

6- Violencia y sufrimiento, fracaso y supervivencia, algo de amor por ahí… Encontramos varios temas fundamentales en tu libro. Aparte de la trama criminal, ¿qué quieres contar en tus novelas?

El objetivo de toda novela es tan sencillo de exponer como difícil de lograr: contar una historia. Si somos un poco exigentes con nosotros mismos, daremos un pasito al frente y nos exigiremos (por nosotros y por el lector) un poco más: contar bien una buena historia. No es más que eso. Contar bien una buena historia para emocionar, ese es el verdadero objetivo. Provocar una emoción de verdad, la que sea, es una de las cosas más complejas que existen. Después uno ya tiene sus obsesiones personales, temas recurrentes que aparecen una y otra vez en su obra; en mi caso, por ejemplo, la importancia del pasado y de la memoria, su veracidad, su credibilidad; también la soledad yla incapacidad de amar bien a los demás porque uno jamás ha aprendido –nunca le han enseñado– a amar bien debido a que nunca le han querido bien tampoco. Fruto de eso llega también la incapacidad de identificar correctamente las emociones propias y las ajenas, y, con ello, la incapacidad también de expresarlas adecuadamente.

7-¿El pasado es un elemento del que no podemos escapar?

Nuestra pasado, lo que aprendemos, vivimos y sufrimos, también de lo que carecemos, a lo largo de nuestros primeros años de infancia hasta la adolescencia es determinante; nos hace ser quienes somos, como somos, así que sí: nos determina en gran medida. Luego está la obsesión por huir de eso, por escapar, por marcharse y dejar todo eso, el pasado atrás, como si fuera algo físico, una persona, un lugar, del que pudiéramos alejarnos físicamente, hasta que descubrimos que da igual lo lejos que vayamos, que el pesado, que la memoria es una mochila invisible que siempre llevamos colgada a la espalda, estemos donde estemos; una mochila que tiene peso, masa, que, aunque sea invisible, es física, es material, es real y sólida; no puedes quitártela y dejarla abandonada en un banco; es como la esfera del mundo para Atlas. Hasta que descubres que el único modo de aligerar su carga no es huir, sino enfrentarte a su contenido, cara a cara.

8- El género negro es la hostia (imagino que estarás de acuerdo conmigo), pero ¿por qué dirías que goza de tanta popularidad en la actualidad?

No creo que goce de más popularidad ahora que antes. Aunque explicarlo bien, al menos correctamente, me llevaría un tiempo y un espacio, además de una disquisición, de la que no disponemos en una entrevista. Lo que quizás haya ganado en popularidad sea el thriller, quizás. Pero, como te digo, es una discusión en la que ni los propios escritores del género nos ponemos de acuerdo (quizás el error sea precisamente ese), ¿qué es género negro?, ¿qué no lo es?, ¿existe un género negro más puro que otro? Hace tiempo que llegué a la conclusión de que esa discusión es tan inútil como inabordable, al menos desde dentro. Desde la piel de un historiador del género quizás sea diferente. Lo que sí tengo claro es que este género sigue muy vivo, que evoluciona constantemente, que hace años que sus fronteras ya no son solo permeables, sino que, en muchos casos, directamente han caído. Y lo que mas me congratula es la certificación del hecho de que este género (lo defina cada cual como quiera) ha dejado de ser, como se decía antes, literatura menor para convertirse en Literatura con mayúsculas.

9-En tu condición de veterano en esto de los festivales negrocriminales, ¿qué esperas de tu inminente visita a Cartagena?

Pues lo que uno siempre espera encontrar en los festivales dedicados al género: hablar de libros, de literatura, desvirtualizar a escritores con los que aún no has tenido la surte de coincidir y reencontrarte con otros a los que a veces hace tiempo que no ves. Y, por supuesto, comer bien y beber mejor. También chismorrear un poco, pero (casi) siempre de buena fe. Y ver el mar. Vivo en una ciudad sin mar y me encanta ver el mar, olerlo y escucharlo, cada vez que puedo.

10-Para terminar, nos gustaría pasarte la nueva y flamante encuesta rápida de EL QUINTO LIBRO

Una serie: Aquellos maravillosos años / Canción triste de Hill Street

Una bebida: Cerveza.

Un cómic: Corto Maltés, Tintín y Astérix. Déjame añadir también los de Conan.

Un viaje que aún no has hecho: Jerusalén, Egipto, Argentina, Hawai. Creo que si lo reordeno y doy un pelotazo, hasta podría hacerlo de seguido. Pamplona-El Cairo-Jerusalén-repetir Japón y de allí a Hawai para acabar en Argentina y volver a Pamplona.

Una manía confesable: ordenar los afiches de promoción de las pizzerías, hamburgueserías, consultas médicas, dentistas y demás sitios donde vea cuartillas u octavillas desordenadas.

Un libro que te habría gustado escribir: Matar a un ruiseñor.

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Alfonso Gutiérrez Caro

Devorando historias.

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