Si hay una época gloriosa dentro de las letras hispanas y universales, esa es la correspondiente al siglo XVI. No en vano, dicha centuria (abarcando además algunos decenios del siglo XVII) es tradicionalmente conocida como el Siglo de Oro de las letras españolas, título para nada puesto a la ligera si analizamos la cantidad y la calidad de los autores y obras que entonces florecieron.
Grandes exponentes de este periodo literario son Juan Luis Vives, Juan del Encina, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, Luis de Góngora y otros escritores y poetas históricos entre los que sobresalen las figuras de Lope de Vega y Miguel de Cervantes. Autores que tienen su nombre escrito en oro dentro del firmamento literario no solo de nuestro país, sino del mundial, siendo dos de los autores que más influencia han proyectado desde el Siglo de Oro hasta nuestros días.
Su legado es tan grande como su virtud. Al calor de los años triunfales del Imperio Español, tras el descubrimiento de América y la llegada de Carlos I de Habsburgo a la Corona, se produce un espectacular florecimiento de las artes y las letras castellanas bajo el manto de Renacimiento y Humanismo, las dos tendencias culturales que marcarán el siglo. Será en este contexto, ya en los primeros años del siglo XVII, cuando surge una de las obras más reconocidas de la literatura castellana (acaso la mayor), el célebre Don Quijote de La Mancha, la novela de aventuras caballerescas y realismo social con la que Cervantes culmina la novela picaresca propia de las décadas precedentes.
Por su parte, Lope de Vega fue uno de los principales poetas y dramaturgos de su generación, hecho certificado en grandes y universales obras tan reconocidas como Fuenteovejuna o El perro del hortelano. El genial y prolífico autor -se dice que era capaz de escribir comedias en 24 horas- sigue siendo uno de los más influyentes 400 años después de su muerte. En la biografía publicada por Cátedra ‘Lope. El verso y la vida’, se le describe como un autor de «perfil muy complejo, contradictorio en ocasiones y marcado por una obsesiva y absorbente capacidad de trabajo que lo llevaba a escribir compulsivamente mientras comía, en la cama o durante sus paseos».
Se pueden encontrar biografías de los más importantes autores de la literatura universal en el siguiente enlace www.biografiacortade.com/categoria/escritores/
La figura de Lope fue fundamental para el teatro comercial de finales del XVI y del XVII. De hecho, autores contemporáneos como Calderón de la Barca, no habrían surgido de no ser por la influencia de Lope de Vega. Cuatro siglos después, las obras de Lope se siguen leyendo, se continúan representando en teatros y la gente prosigue interesada en una de las figuras más controvertidas y apasionantes de la literatura española. No es de extrañar que, durante el siglo XVII y posteriores, se acuñara entre los expertos la muletilla «es de Lope», para referirse a una obra de calidad incuestionable.
«La vida es corta: viviendo, todo falta; muriendo, todo sobra» – Lope de Vega
