Benito Olmo: ‘La novela negra es la que sale de las tripas’.
Con motivo de las jornadas literarias de Cartagena Negra, El quinto libro pone en marcha el mes de agosto una sección de entrevistas a diversos autores que formarán parte del grandioso plantel de participantes en las mesas redondas y demás actos del programa. Queremos agradecer el gran interés y disposición que desde el primer minuto ha depositado en nosotros la organización de CTN con Antonio Parra y Francisco Marín como punta de lanza. Gracias a su confianza seremos uno de los blogs colaboradores del festival literario, participaremos en dos mesas redondas y haremos entrega del Premio anual de microrrelatos El quinto libro durante uno de los encuentros literarios de Mister Witt.
Hoy tenemos el placer de contar en la sección de entrevistas Cartagena Negra 2019 con el escritor y guionista Benito Olmo.
Esta sobresaturación del mercado ha creado una generación de autores «hambrientos»
- ¿Es la novela negra un género que no caduca?
Por supuesto. Ha tenido épocas de mayor o menor popularidad, pero siempre ha estado ahí, al acecho. El otro día me comentaba un librero de raza que la novela histórica y la novela negra nunca van a perder su sitio en las librerías.
2. ¿Vivimos hoy día tiempos de novela negra que favorecen al género?
Sin duda. Sólo tienes que abrir cualquier periódico o poner un informativo para que salgan a tu encuentro palabras como corrupción, malversación, desahucios, estafa, etc. Es imposible que este ambiente de pesimismo generalizado no cale en los creadores, sea cual sea su campo. Al fin y al cabo, bebemos de la realidad.
3. ¿Qué crees que has aportado con tus obras al Noir actual?
Creo que eso lo tendrían que decir los lectores. Si escribiese con la cabeza puesta en
aportar algo al Noir actual, creo que terminaría aburriéndome. Y no estoy en esto para
aburrirme, créeme.
4. Vemos como en los últimos años hay una notable reinvención del Noir. ¿Hasta dónde se pueden retirar los matices del género negro para que siga manteniendo sus señas de identidad?
El género negro es lo suficientemente flexible como para admitir todo tipo de matices sin perder sus señas de identidad. Alexis Ravelo y Ramón Palomar, por ejemplo, construyen formidables novelas negras en las que no aparece ni un sólo policía. Víctor del Árbol es capaz de hacer género sin que el motor principal de sus novelas sea un crimen. Y si hablamos de estructuras, ‘Te quiero porque me das de comer’ de David Llorente rompe con todo. Al final, la novela negra es la que sale de las tripas.
«Más visceral que un zarajo crudo, más negro que el resolí y con peor hostia que el alajú
caducado», que diría Sergio Vera.
5. No solo la demanda, sino que la oferta de novela negra también ha crecido exponencialmente en los últimos años. Pero… ¿hay una década o décadas que consideras puede destacar en la historia del género?
Aquí vivimos una dictadura, durante la que no se podía escribir sobre crímenes, policías corruptos, abusos de poder, etc. ¡Como si no hubiera de eso! Tras la dictadura, un puñado de autores sentaron las bases de la novela negra actual. Son los años de González Ledesma, de Vázquez Montalbán y de Andreu Martín, entre otros. De Méndez y de Carvalho. Si tengo que elegir una época me quedo con esa, por lo que supuso para el género y porque, como autor, mis obras beben directamente de las de estos creadores, a los que admiro profundamente.
6. ¿Es imprescindible un buen crimen para construir un buen Noir?
Creo que es más importante tener algo que contar y, naturalmente, saber contarlo. Se puede hacer muy buena novela negra sin abusar de la sangre.
7. ¿Es más importante el detective o el criminal en una historia negra?
Sin un equilibrio entre ambos personajes, la novela estaría coja.
8. ¿Crees que hoy día el cine y las series están más influenciados por la literatura o es al revés? Aprovechando la coyuntura, qué tal va el proyecto cinematográfico de tu novela La maniobra de la Tortuga?
Tengo la impresión de que es el mundo cinematográfico el que está influenciando a los autores. La forma de escribir es cada vez más visual, puede que con el objetivo de conseguir mantener a los lectores pegados a las páginas. En un mundo con tantas distracciones, esto cada vez es más difícil. La adaptación al cine de ‘La maniobra de la tortuga’ avanza a buen ritmo y, si todo va bien, rodaremos a final de año. Es un proyecto ambicioso con el que estoy disfrutando mucho. Estoy seguro de que los lectores van a quedar más que satisfechos con el resultado final.
9. Una pregunta indiscreta. ¿Cuántas zapatillas deportivas tienes ya?
Más de treinta pares. Eso sí, te puedo asegurar que los uso todos.
10. Eres uno de los ejemplos del ‘Boom’ (sirva el juego de programas) de la novela negra. Esa generación de autores nacidos en los 80 y 90 que irrumpen con agresividad y talento en la actualidad más mediática. ¿Crees que esa tendencia alude a algo puramente generacional o atiende a factores más particulares?
Creo que esa agresividad responde a los tiempos que nos ha tocado vivir. En los años de bonanza, cualquier novela vendía 20.000 ejemplares sin despeinarse. Hoy esa cifra es un sueño húmedo para cualquier autor, ya sea novel o consagrado. Se publica una cantidad desorbitada de títulos cada año.
Con tanta competencia, ninguna novela
aguanta en un escaparate más de una semana, ni en una librería más de un mes. Lo que
no vendas en ese lapso de tiempo, no lo vas a vender jamás.
Esta sobresaturación del mercado ha creado una generación de autores «hambrientos». Cada nuevo lector es una batalla ganada; cada nueva novela, una apuesta a vida o muerte. Con semejante panorama, es normal que haya que reinventarse para conseguir que nuestras novelas viajen lo más lejos posible. El otro día lo comentaba con varios compañeros durante una cena. «¿De verdad hay que hacer el payaso en las redes sociales para vender libros?», preguntó uno de ellos. La pregunta sobrevoló la mesa sin que nadie se esforzara en encontrarle una respuesta.
11. En la Tragedia del Girasol, finalista del Premio de Novela Cartagena Negra 2019, vemos ese aroma clásico de la novela negra. Esa oscuridad narrativa contrasta magistralmente con la luminosa ciudad de Cádiz, en donde transcurre la trama, pero… ¿cuál crees que es la clave del éxito de esta novela?
Su honestidad. En ‘La tragedia del girasol’ no hay trucos, no me saco ningún as de la manga, no hay conejos en las chisteras. Cuando me siento a escribir me empleo al cien por cien y no doy un texto por bueno hasta que no quedan fisuras ni cabos sueltos.
Estoy convencido de que los lectores agradecen esta honestidad y que por eso Bianquetti está llegando tan lejos.
12. Eres ex policía portuario. ¿Te guardas muchas anécdotas susceptibles de desembocar en nuevas tragedias literarias?
Muchas. Muchísimas. Comprenderás que no desvele ninguna aquí, ya que pienso emplear todo ese material en futuras novelas.
13. Hay una pregunta que queremos haceros a todos y aunque a priori puede parecer poco negra, nosotros realmente creemos que encierra la parte más oscura de cada uno de nosotros. ¿Qué te hace reír y que te hace llorar cada día?
Hace unos días lloré como un crío viendo la última escena del último capítulo de Los Soprano. Diez minutos antes, estuve partiéndome de risa con otra escena de ese mismo capítulo. Con esto quiero decir que soy propenso a reír y a llorar, siempre que sea por algo que valga la pena.
Encuesta rápida de El quinto libro
Un color: Amarillo
Una comida: Pizza
Una película: Pulp Fiction
Una canción: ‘El pudridero’, de Pájaro.
Un lugar: Una librería.
Un libro: ‘Todos los detectives se llaman Flanagan’ de Andreu Martín y Jaume Ribera
¿Un chiste?: Un caballo entra en la consulta del médico y el doctor le pregunta: «¿A qué viene esa cara tan larga?»
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