Donde lloran los demonios: reseña y entrevista al autor Pedro Martí
Título: Donde lloran los demonios
Autor: Pedro Martí
Editorial: Dokusou
Páginas: 448
Género: Novela negra
Calificación:
Sobre el autor
Pedro Martí (Albacete, 1988), maestro de inglés afincado en Murcia y gran devoto de la buena novela negra y policiaca, confirma (y multiplica) con Donde lloran los demonios las buenas vibraciones que nos dejó con La pieza invisible, su potente ópera prima de 2015 en la que nos presentaba al protagonista absoluto de sus historias: el inspector de los Mossos d’Esquadra César Giralt. Además de estas dos novelas podemos encontrar a Giralt en Todo mío, relato incluido en la antología Cartagena Negra (2017).
Reseña de Donde lloran los demonios
Por Alfonso Gutiérrez Caro.
La peor pesadilla de César Giralt vuelve cuando el cuerpo de una joven aparece en la playa barcelonesa de Calella, mismo lugar en el que años atrás emergió el primer cadáver obra de el Encerrador, el peor asesino en serie de la historia del país y que fue, supuestamente, abatido por el propio Giralt. Las pruebas forenses respaldan lo que parece un imposible, lo que para Giralt será el retorno de un temor que ya creía desterrado, un fantasma del pasado que se cobró la vida de su propia hermana. Junto a su equipo iniciará una investigación que le llevará no solo a los rincones más oscuros del ser humano, sino a los suyos propios.
Donde lloran los demonios es una novela negra dura y minuciosa que se adentra sin pudor en el lado más tenebroso del hombre, en sus miedos y esperanzas, mostrando hasta donde es capaz de llegar la genuina maldad. Una novela que avasalla desde el primer capítulo, con gran ritmo y una violencia que, de una manera u otra, siempre está ahí, pegándosete a la ropa. Una investigación contrarreloj que envuelve a un buen número de personajes entre agentes de policía, víctimas y sospechosos, pero que tiene en el citado inspector César Giralt el personaje sobre cuyos hombros descansa toda la historia.
Es de ley detenerse a hablar de Giralt porque sin él, directamente, no habría historia. Y si la hubiese sería mucho menos intensa, de eso no hay duda. Martí ha construido un personaje que es muchas cosas a la vez: un investigador fuera de serie, sin duda, pero también una persona bastante cuestionable. Puede ser un hijo de puta o un sarcástico tocapelotas, el mejor protector que te puedes agenciar o una persona de un temperamento de mil demonios a la que es mejor tener lejos. Un hombre honorable, sí, pero que no duda en enfangarse las manos y saltarse el procedimiento si así lo estima oportuno. Un tío con traumas y un cacao mental bastante importante que a pesar (o a consecuencia) de eso es capaz de liderar una compleja investigación para dar caza al mayor monstruo al que se ha enfrentado.
Pero César no está solo en su empeño. A su alrededor orbitan una serie de personajes bien definidos y con el sufriente cuaje y personalidad como para aportar mucho a la historia. Destaca la expeditiva inspectora Dalia Torres y el amigo de Giralt (ni contigo ni sin ti) Gabriel Pérez, también Guillermo Ferre, el friki lumbrera del equipo. No me olvido de la psicóloga experta en perfiles criminales Nuria Bengoa, protagonista de algunos de mis diálogos favoritos de la novela, ni por supuesto del Encerrador, el monstruo al que Martí dedica unas páginas negras (literal y metafóricamente) de gran calidad y crudeza.
Donde lloran los demonios rezuma amor por parte del autor a la literatura y el cine negro de toda época y lugar, pero especialmente al anglosajón. Múltiples son los guiños-homenajes a clásicos de las letras negras como Agatha Christie o Raymond Chandler, por mencionar algunos, siendo especialmente relevante la inspiración que Pedro ha recogido de las obras de Thomas Harris y sus adaptaciones cinematográficas (en particular El silencio de los corderos) o la obra maestra de David Fincher Seven, cuya atmósfera está presente durante buena parte de la novela.
Quizás el único apunte negativo (o no tan positivo) es que Donde lloran los demonios se mueve dentro de los márgenes del policiaco puro, transitando por una investigación y una trama de asesino en serie que en ocasiones puede recordar a otras obras, algo natural al tratarse de un subgénero bastante trillado. El gran acierto de Martí, aparte de aportar una narración sólida y detallista con un ritmo creciente y unas últimas ciento y pico páginas que se devoran, es la caracterización de personajes, la profundidad psicológica de los mismos y la potente omnipresencia de su César Giralt, un personaje que deja huella.
Con Donde lloran los demonios Pedro Martí ha parido una obra obligatoria para los amantes del género negro y policiaco, y una excelente opción para todo aquel que quiera adentrarse en una historia intensa que golpea con mazo de hierro.
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Entrevista al autor.
Por Víctor Mirete.
«Hay que ser muy cuidadoso con el trabajo que realizas si quieres que se te tome en serio».
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«Vuelve Pedro Martí, vuelve César Giralt: así se presentan esta nueva época literaria de este joven autor de novela negra».
Conozco a Pedro casi desde sus inicios literarios. Para bien o para mal lo he tenido siempre muy presente y hasta he podido ganarme su amistad, o eso cree él. En todo este tiempo me he dado cuenta de que su mayor virtud es la inteligencia y su peor defecto es que es demasiado inteligente. Suena extraño, pero es parte de ser escritor. Ningún buen escritor que se precie puede permitirse no ser extraño. Pedro tiene las rarezas típicas de un escritor de oficio y vocación: es extremadamente obsesivo con lo que hace, tiene un sistema de organización basado en la desorganización y una autoestima que lo hace aterradoramente peligroso; pero no engaña a nadie, y eso es otra virtud a valorar. No te viene jamás por la espalda, es sincero y no se esconde, dice lo que piensa sin prejuicios o artificios. Y en cuanto a su proyecto de vida literaria, el autor almanseño-murciano sabe perfectamente lo que quiere, y no disimula, va a por ello con las piezas que la vida te va prestando.
En esta nueva y esperada novela que ya está a la venta a través de la editorial Dokusou se presentará durante la semana de la Feria del Libro de murcia. Una serie de actos paralelos a la misma que decorarán Murcia de literatura y cultura. Así pues, el 17 de septiembre de 2018 (19:30 h.), en el salón de actos de la Fundación Cajamurcia, tendrá lugar la presentación oficial de ‘Donde lloran los demonios’; pero antes, queremos interrogar a su autor con unas cuantas preguntas que nos va a responder o bajaremos la nota de la reseña.
1.Así que eres Pedro Martí, si es que ese es tu verdadero nombre ¿Lo es? Bueno, seguramente sí, pero me parecía una forma muy policial de empezar, salvo que no sea tu nombre y tenga aún más interés la pregunta.
No sé si debo comenzar la entrevista sin que mi abogado esté presente. Me arriesgaré. Sí, soy Pedro Martí, y me declaro inocente de todos los cargos. No cuela, ¿no?
2. La pieza invisible y Donde lloran los demonios. Las malas lenguas dicen que es una bilogía y que no habrá más Giralt. ¿Por qué te quieres deshacer de un personaje que tanto gusta a los lectores?
La pregunta del millón. Es cierto que hay muchos argumentos a favor de una tercera novela, y que quizás sería interesante ver qué sucede después, pero la razón que lo desaconseja, aunque sea solamente una, tiene mucho peso. Creo que, tras cerrar el libro, el lector entenderá que el personaje está agotado narrativamente, o al menos se preguntará: ¿y ahora qué podría sucederle? Sí, lo sé, suena duro, pero César Giralt tiene una problemática personal que se presenta en la primera historia y que al final de la segunda se resuelve, para bien o para mal. Yo no tengo la respuesta a ese: ¿qué sucederá después? Y dudo que el argumento de una nueva trama personal pudiese ser lo suficientemente potente como para traerle de vuelta. Es un personaje que adoro, y quizás sea precisamente por eso por lo que quiero regalarle el mejor de los finales. Es mi manera de darles las gracias. ¿Significa eso que no volveremos a verle? No, significa que en este momento, tras esta novela, veo difícil que vuelva, pero nunca se sabe qué deparará el futuro.
3. Sabemos que es una obra oscura, las páginas en blanco sobre negro son un claro guiño a esa oscura maldad reinante en esta novela. ¿Dónde has llevado tu mente y tu estado de ánimo durante todo el proceso de redacción para sumergirte en ese pozo?
Para que se pueda crear una sombra tiene que haber luz. Parece una obviedad, y lo es, pero al ser humano le pasa igual: no somos una dicotomía, no hay blanco y negro, sino un amplio espectro de grises. En la humanidad hay monstruos, y pocos son como en los cuentos, pocos han sido creados de la nada, nacidos de una maldad pura. No, no me interesan esos. A mí me interesaba saber qué es lo que puede llevar a un dulce niño que va a comprarle el pan a sus padres cada día, a convertirse en un brutal asesino en serie que solo quiere ver arder el mundo. ¿En qué momento pierde la luz la batalla? ¿Qué responsabilidad tenemos los demás en que esto suceda? ¿Se puede volver a ser un ángel después de haberse convertido en un demonio? Allí es donde he querido llevar mi mente, al lugar donde se produce esa lucha entre el blanco y el negro que existen dentro de todos, en mayor o menor medida.
4. Es casi un leit motiv o un patrón muy recurrente en la novela negra el crear un pasado turbio del protagonista que vuelve para conformar el contexto la trama principal o incluso ser el motivo de la misma. ¿Por qué crees que es tan habitual ese recurso?
Se trata de un recurso muy socorrido, estereotípico a más no poder, pero muy atractivo (al menos para un servidor). Dotando a un personaje de un pasado turbio, con ese “gran error”, esa gran culpa o ese dolor casi insuperable, se busca la compasión por parte del lector, su empatía, y a su vez sirve como un férreo punto de anclaje para comenzar a desarrollar la personalidad del personaje. El mundo de la literatura y del cine está lleno de detectives divorciados con una mala relación con sus vástagos y algún problema de adicción. ¿Manido? ¡Mucho! Pero oiga, a mí (como lector y como escritor) póngame tres tazas de este tipo de personaje.
5. César Giralt, esa es la cuestión. Sin él, la historia no sería lo mismo, o no sería, pero ¿qué peso tienen es la historia y en el propio César otros personajes como Gabriel, Guillermo, Silvia y Nuria?
La pieza invisible y Donde lloran los demonios son novelas que no podrían ser menos corales. César Giralt es el protagonista absoluto, pero el resto de personas de su vida, lejos de ser meros accesorios, son esas vigas que mantienen erguido a un edificio que se cae a pedazos. Sin ir más lejos, Gabriel Pérez, es una especie de ángel de la guarda, una suerte de James Watson que está ahí para recordarle a César que es mejor hombre de lo que piensa y que jamás le permitiría caer. Guillermo Ferre es su nuevo subinspector. Se trata de un tipo curioso, excéntrico y condenadamente alto. Es muy noble y sigue los designios de Buda, por lo que en ocasiones las acciones de su jefe, que no es que se preocupe precisamente por su Karma, le perturban. Silvia es la sobrina de César, hija de su difunta hermana y también su viva imagen. Es probablemente la persona más inteligente que el inspector Giralt ha conocido, pero no deja de ser una niña de veinte años que no tiene madre, y eso despierta en él una gran ternura y una fragilidad que le asusta. Nuria es una experta perfiladora criminal que amén de tener una personalidad arrolladora y una lengua muy afilada, guarda alguna sorpresa. He disfrutado mucho con este nuevo personaje. Algunas de sus charlas con César se han convertido en mis pasajes favoritos.
6. En el caso de esta última, si se puede saber y no es secreto de sumario, ¿en quién te has inspirado?, si es que te has inspirado en alguien.
En mi cabeza Nuria Bengoa se parece mucho a Gillian Anderson, pero lo cierto es que no pensaba en ella cuando describía al personaje. Nuria es una mujer que por sus especiales características (seguimos intentando evitar spoilers) se ha fijado siempre en la personalidad y en la mente de los sujetos que investiga. Es como si hubiese recopilado todas las enseñanzas de la serie Mindhunter y las aplicase con una precisión más propia de un cirujano. Es capaz de reírse de sí misma al tiempo que dispara dardos envenenados de sarcasmo, de esos que tanto disfruta César Giralt.
7. Y el encerrador… Es como el Monstruo final en cualquier videojuego de toda la vida. Un Monstruo con todas sus letras pero que hace que César saque toda la carne cruda que hay dentro de sí mismo. ¿tenemos todos un monstruo interior que debe salir en algún momento de nuestras vidas?
Todos tenemos luz y oscuridad, sin duda, pero de ahí a llevar un tipejo como el encerrador dentro debajo de la piel… Poca gente se aproxima a ese nivel de negrura. Hay momentos en los que uno debe ser más duro y no es capaz de serlo, pero también hay veces en las que uno debería guardar su ira dentro y sin embargo no puede contenerla. Cuando nos tocan lo que más queremos, cuando nuestros miedos más inconfesables se adueñan de nosotros, ahí es cuando ese oscuro pasajero que llevamos dentro sale del letargo. A veces no nos sorprende, pero otras, nos asusta.
8. Barcelona. En La pieza invisible ya vimos como ciertos matices subversivos se infiltraban en la propia trama. Sin duda en la novela negra de hoy día, la ciudad suele ser un elemento o un personaje más de vital importancia, ¿es la capital catalana tan oscura y desoladora como la pintas, o al lado de César y del Martí escritor todo se vuelve oscuro?
No, no creo que la ciudad sea tan desapacible, pero sí es cierto que si la trama es oscura, el lugar donde transcurre acaba siendo poco menos que un páramo de tristeza. Quiero creer que en ninguna ciudad del país pueda existir un monstruo como el encerrador, pero desde luego, cuantas más historias hay dentro de una urbe, más probable es que algunas de ellas sean oscuras, y unas cuantas, las menos, muy pero que muy oscuras. El ser humano necesita guardar secretos. Seguro que incluso tú tienes secretos, pequeñas tonterías inconfesables que tus más allegados desconocen, ¿verdad? Yo, por ejemplo, me río de tus chistes a escondidas para que nadie me vea. Nadie puede saberlo.
9. Es sin duda, una novela que sigue todos los patrones del género, y lo hace bien, una novela que gana en vértigo respecto a la anterior y en profundidad en tanto a la resolución de la vida de sus personajes ¿es fruto de la propia evolución de la saga, de la propia evolución del autor o ambas?
Me gusta pensar que ambas cosas han evolucionado. Mal asunto sería que casi cuatro años después de publicar La pieza invisible no hubiese mejorado, aunque sea un pelín. Desde antes de comenzar a escribir la primera ya tenía claro hacia dónde se dirigía la trama y cuál sería el problema final en la segunda. Pero claro, luego sucede que tus personajes te traicionan y, antes de que puedas darte cuenta, son ellos los que te están escribiendo a ti, desarrollándose y llegando a lugares que no tenías pensados. Además, en estos años he podido leer mucho, y ya se sabe, eso es como comer verdura: mal no te va a ir nunca. He podido aprender de auténticos monstruos como Toni Hill, Esteban Navarro, Pere Cervantes, Alfonso Gutiérrez, David Jiménez “El Tito” o Benito Olmo entre otros, y de todas sus novelas he ido extrayendo recursos que después he volcado en mi novela para tratar de embellecer el estilo. Esta vez he prestado una mayor atención a aspectos como el ritmo y a la idoneidad de ciertos elementos que en mi primera novela “casqué” sin más a diestro y siniestro. Sí, sí, está más cuidada, pero ya sabes cómo es esto: en unos años, cuando publiqué una tercera novela, me parecerá que la segunda no estaba bien escrita. Esta insatisfacción permanente… a veces es como una enfermedad, pero una enfermedad necesaria, creo yo.
10. Además de entretener, de sumergir al lector en una apasionante trama negra de intriga y revolvernos en los infiernos, ¿qué quieres o qué te gustaría que el lector extrajese de tu novela?
Esperanza. Estamos rodeados de noticias terribles. Quizás porque llaman más la atención y por eso las emiten, sí, pero también porque el ser humano puede llegar a ser terriblemente cruel. Estoy convencido de que siempre hay un resquicio de luz, y en ocasiones es realmente difícil verlo. Confío en que los lectores, pese a todo, puedan sentirse optimistas hacia el ser humano, aunque por el tipo de novela parece casi una paradoja.
11. Tras tu paso de Círculo Rojo al Grupo Planeta con la filial digital Tagus durante estos dos años de periplo comercial de La pieza invisible, recalas en la editorial Murciana Dokusou. ¿En tu aún corta pero intensa aventura como escritor público que es lo que has sacado en claro del negocio de la literatura? ¿Y qué es lo que aún no tienes claro?
‹‹Yo solo sé que no sé nada›› que diría Sócrates. Es natural dar pasos en falso, y creo que es incluso sano, pero también opino que hay que ser muy cuidadoso con el trabajo que realizas si quieres que se te tome en serio, y para eso es vital dejarte aconsejar por los que saben más que tú. Fíjate, hay una cosa que sí tengo clara. Tengo claro que quiero trabajar con Dokusou Ediciones, por varios motivos, pero el principal es su ambición. Se trata de una editorial que apunta muy alto, siempre con humildad y trabajo duro, pero sin complejos. Por eso creo que estamos hechos el uno para el otro. ¡Qué historia de amor más bonica la nuestra, pijo!
12. Un pajarito me ha dicho que tienes en ciernes ya un proyecto de novela de un género totalmente diferente a Giralt. Nos das alguna exclusiva o no te entrevistamos más.
No sé si es Meñique o La araña quien te filtra esas buenas informaciones, pero en efecto así es. Ahora mismo tengo varios frentes abiertos. Por un lado estoy trabajando en una nueva novela negra de la que no puedo dar demasiadas pistas si no quiero sufrir por mi integridad, y por otro lado planeo dar un giro de 180 grados con un proyecto que llevo arrastrando desde 2014. Se trata de una novela juvenil de ciencia-ficción que transcurre en un futuro no muy lejano, a caballo entre la vigilia y el mundo de los sueños. Tengo grandes esperanzas puestas en el proyecto, aunque lo considero como una “rareza” ya que creo me claramente me tiran mucho más los asesinos despiadados y los detectives divorciados y/o alcohólicos.
13. No ibas a ser menos, ni más, de modo que acabamos como siempre, con nuestra pregunta fija ¿Qué te hace reír (sé que son mis chistes pero puedes decir otra cosa) y qué te hace llorar cada día?
Empezaré por lo que me hace llorar: tus chistes. No, es coña. Son malos, pero no tanto. Lo que más me entristece es la crueldad hacia el débil, el abuso del fuerte. Esos hijos de… capaces de maltratar a niños, a ancianos, a animales indefensos. Me indigna y me causa mucha impotencia.
Por el contrario, me hacen reír mis alumnos. Cuando sonríen al verme entrar en clase y me cuentan sus cosas, me enseñan sus dibujos, me preguntan qué vamos a hacer en clase… Hacen que se me olvide cualquier problema y lo más importante: hacen que haya algo bueno en ir a trabajar un lunes. En serio, los niños son lo mejor que tenemos, y muchas veces no los valoramos lo suficiente. Hay que enseñarles a ser críticos, a ser buenos y a que desarrollen toda esa potencia que llevan dentro y que con los años se marchita si no se utiliza. Es nuestro deber conseguir que lleguen a ser lo que quieren ser.
LA ENCUESTA RÁPIDA DE ‘EL QUINTO LIBRO’
Película preferida: Pulp Fiction
Libro preferido: La ciudad de cristal, de Paul Auster
Comida preferida: Cualquier carne, pizza o pasta que lleve trufa. Sí, soy de morro fino.
Color preferido: Azul
Animal preferido: Perro
Lugar preferido: La playa
¿Nos cuentas un chiste?:
—Deme dos barras de pan, por favor. Y si tiene huevos, dos docenas.
—Aquí tiene, veinticuatro barras.
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Laura
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