Maus de Art Spiegelman
Título: Maus
Autor: Art Spiegelman
Editorial: Reservoir books
Año: 2007
Páginas: 296 páginas ilustradas para reflejar el mayor horror de la humanidad
Calificación:
Sinopsis de la novela gráfica Maus
Maus es la biografía de Vladek Spiegelman, un judío polaco superviviente de los campos de exterminio nazis, contada a través de su hijo Art, un dibujante de cómics que quiere dejar memoria de la aterradora persecución que sufrieron millones de personas en la Europa sometida por Hitler y de las consecuencias de este sufrimiento en la vida cotidiana de las generaciones posteriores.
Apartándose de las formas de literatura creadas hasta la publicación de Maus, Art Spiegelman se aproxima al tema del Holocausto de un modo absolutamente renovador, y para ello relata la experiencia de su propia familia en forma de memoir gráfica, utilizando todos los recursos estilísticos y narrativos tradicionales de este género y, a la vez, inventando otros nuevos. La radicalidad narrativa de esta obra marcó un antes y un después en el universo de la novela gráfica.
La novela gráfica que ganó el Pulitzer
Hoy me estreno en mis reseñas con la recomendación de una novela gráfica, género que he descubierto por casualidad y del que espero seguir nutriéndome para mis futuras lecturas. No es de extrañar la elección de Maus, una novela gráfica que todos deberíamos leer para mantener vivo el recuerdo de las víctimas del Holocausto.
Sus páginas son un recordatorio en riguroso banco y negro sobre lo que el ser humano es capaz de hacer si se deja llevar por las promesas vacías y los populismos alimentados desde el odio y el rencor. Ese rencor que invadió a Alemania después de la Gran Guerra y que aupó a Hitler a ganar unas elecciones democráticas, en las cuales, la desesperación de un pueblo esquilmado por los aliados generó un peligroso caldo de cultivo.
Como decía, Maus es una primera incursión lógica en el género. Elección obvia si atiendes cualquier clasificación de recomendaciones. La novela gráfica que todo el mundo conoce o ha escuchado algo sobre ella. No en vano, es la primera novela gráfica que obtiene el prestigioso premio Pulitzer norteamericano, una etiqueta poderosa que encumbra a este libro en las estanterías de cualquier librería.
Sin embargo, la novela gráfica Maus no debe leerse por haber ganado tal o cual premio, su lectura es casi obligatoria para mantener presente en la mente colectiva cuáles son las horrores y consecuencias de la guerra; también por su estilo original y vanguardista.
El gato que quiso exterminar a todos los ratones
Lo cierto es que la lectura de Maus es complicada: se narran las vivencias reales de un judío superviviente del Holocausto, Vladek Spiegelman, padre del autor de la novela. Un tipo que escapó airoso de los campos de exterminio y de las atrocidades nazis gracias a su ingenio, astucia y por innumerables golpes de azar.
Insisto, la lectura no es fácil, no por su ritmo o las líneas sencillas de los trazos de los dibujos, sino, por la historia desgarradora que cuenta: familias rotas por el dolor, seres queridos que son separados por la fuerza, muertes llenas de crueldad. El lector solo puede asomarse a tales horrores a través de las viñetas de un cómic, pues, de otro modo, digerir esta historia de superación sería una tarea imposible.
Además, la historia de este superviviente se alterna con otras vivencias que comparte con su hijo en la actualidad. Salir airoso de los campos de concentración de Polonia era solo la primera parte, ninguna persona o familiar logró salir indemne de un episodio tan dramático.
En la actualidad, el padre del dibujante se muestra como una persona temerosa, antipática y obsesionada con la guerra. Su enclenque cuerpo de ratón ha logrado escapar a Estados Unidos, pero su alma quedó sepultada para siempre entre los miles de cadáveres que tuvo que enterrar. Vladek se nos muestra tal y cómo es: un anciano misógino, enfermizo, obsesionado con el ahorro y en hacer la vida imposible a los seres queridos que le rodean.
Su hijo, Art, utiliza sus viñetas como terapia para lidiar con los tormentos que persiguen a su familia. En alguna ocasión se autorretrata como un ratón diminuto e indefenso, el cual debe conversar con un psicólogo para gestionar la siempre complicada relación con su padre y la propia fama que va cosechando conforme publica los primeros capítulos de esta novela gráfica.
La elección de recrear el Holocausto a través de una especie de fábula protagonizada por ratones (judíos) y gatos (alemanes nazis) es una solución inteligente para aliviar al lector ante las atrocidades descritas. La única manera que nos permite asomarnos a esta obra imprescindible pero que desprende dolor en cada viñeta.
Sí, los nazis son gatos ávidos de cazar ratones casi de forma instintiva. Los judíos son sus enemigos natos. Los cerdos, por ejemplo, se emplearán para los personajes polacos que se unen al nazismo. Los ratones, contados por cientos, arrasados por la angustia y perseguidos por un gato iracundo y megalómano con bigote.
La lectura —con un desenlace algo atropellado— dejará al lector un cierto sabor amargo, pero su vocación didáctica nos hará replantearnos nuestras urgencias diarias y las necesidades actuales: las de una sociedad marcada por la inmediatez y la falsa percepción de bienestar.
Quizás comenzaremos a valorar mejor nuestra existencia y la presencia de nuestros seres queridos. Somos de las pocas generaciones que no han sufrido ninguna guerra, no sabemos gestionar la pérdida ni entendemos lo que puede suponer. La guerra es una añoranza continua de aquella vida que teníamos y creíamos asegurada. Quizás ha llegado el momento de reorganizar nuestras preferencias y la forma en que invertimos nuestro tiempo. El momento es ahora.
Si te gustan las novelas gráficas, puedes leer una reseña anterior en: Blade Runner 2019.