El mes de los clásicos: Rimas y Leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer
Datos publicación
Título: Rimas y Leyendas
Autor: Gustavo Adolfo Bécquer
Editorial: Biblioteca didáctica Anaya, 1985
Páginas: 165
Genero: Poesía y relato
Calificación:
Sobre el autor
Nacido en Sevilla, Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida en 1936, fue un poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del tardorromanticismo. Aunque en vida ya alcanzó cierta fama, solo después de su muerte y tras la publicación del conjunto de sus escritos obtuvo el prestigio que hoy se le reconoce.
También era ese hombre que aparecía en la imagen de los billetes de cien pesetas hace unos cuantos años.
Su obra más célebre es Rimas y Leyendas, un conjunto de poemas dispersos y relatos, reunidos en uno de los libros más populares de la literatura hispana.
Sinopsis de Rimas y Leyendas
Antología en la que se recopilan obras en verso y obras en prosa escritas por Bécquer, reunidas y publicadas después de su muerte, a partir de 1870 como Obras, y con este título mixto desde 1871.
Mi opinión de Rimas y Leyendas
Que levante la mano quien no ha leído alguna rima o alguna leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer. Si crees que no es así, algún día tu memoria te dirá lo contrario, pues forma parte de la memoria de la literatura universal. Yo lo leí por primera vez en la adolescencia, como tantos y tantos de nosotros. Entraba a examen.
Esa ingrata edad en la que leer a veces supone un tedioso y obligado trabajo académico que te separa de las prioridades de la pubertad. Sin embargo, esta antología tenía algo particular que la hacía atractiva a ojos de casi todos. Tenía y tiene algo místico, algo intrapersonal, algo que se aloja en el subconsciente.
Y digo tiene porque es un libro de consumo habitual, de esos que pueden estar perennes en la mesita de noche, en la mesa de despacho, en el zurrón de viaje, o en cada una de nuestras vivencias de amor y desamor, de magia y fantasía.
«Podrá no haber poetas; pero siempre habrá poesía»
Rimas y Leyendas tiene la virtud de disfrutarse de cero a cien lo abras por la página que lo abras. Aunque no te guste la poesía, te enamorarás con los versos de Bécquer, y aunque no seas lector de prosa, creerás estar soñando con sus leyendas.
¿Qué es poesía?
Como infiltrado poeta que he osado ser alguna vez (con premeditación, alevosía y nocturnidad), reconozco la influencia que tuvo en mí el innovador verso libre y la rima asonante con la que se prodigó Bécquer. Según las diferentes ediciones, la antología baila entre 76 y 96 rimas, ordenadas en números romanos y, en el caso de mi volumen, decorado con acotaciones y explicaciones a pie y lateral de página.
«¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú»
Y no hay descripción más eterna e indiscutible que esa para casi todo en la vida. Y es que si hay un poeta que tenga en su recetario particular tantos versos memorables y utilizados por propios y extraños (virales podría decirse hoy día), sin duda es el sevillano. Yo reconozco haber intentado ligar alguna que otra vez emulando o recitando sus versos o poemas.
Pero, como buena poesía, ha sido susceptible de halago y crítica a partes iguales. Ha sido admirada, ridiculizada, vilipendiada y elogiada. Ha sido de todo, porque despierta emociones, evoca recuerdos, provoca tristezas y remueve pasiones.
«Ya ves; yo soy hombre… ¡y también lloro!»
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De poeta a leyenda
De cuando se leía algo más que noticias amarillas, negras o rosas en periódicos y revistas. De cuando se leía. De cuando entre las páginas de sucesos o los pastiches semanales los grandes escritores de la época firmaban textos entre las páginas de la prensa, como en los en periódicos madrileños de la época El Contemporáneo o La América.
«La soledad es muy hermosa… cuando se tiene alguien a quien decírselo»
Íntima e insólita. Así es la prosa de las Leyendas. El monte de las ánimas. El rayo de luna, Maese Pérez: el organista, El beso, El miserere… Todas ellas tienen ese embrujo embriagador del romanticismo. Los estudiosos de la obra dividen la temática de las leyendas en tres: crimen y castigo, peligros del ideal y el poder de lo sobrenatural.
En la casi totalidad de los relatos encontraremos el narrador que le explica a otro la historia de la que trata el relato; el narrador testigo y más tarde, en el desarrollo de la leyenda, el narrador omnisciente. De ese modo siempre tenemos un narrador en primera persona, característica frecuente del romanticismo.
Personajes definidos escuetamente (a menudo siendo hombres valientes y enamorados y mujeres hermosas y perversas) y caracterizados por el amor a la soledad y y por otorgar más importancia a lo espiritual que a lo material. Otro rasgo ineludible del romanticismo. Es en los lugares y en el tiempo donde estos textos colocan su detalle descriptivo.
Bécquer recurrió a menudo al folclore europeo para introducir elementos fantásticos y enigmáticos que trataban de dar explicación a una acción siempre verosímil desde el punto de vista emocional. Estatuas vivas, espíritus que regresan del más allá o seres fantásticos con apariencias de mujeres bellas son algunos ejemplos.
«Los sueños son el espíritu de la realidad con las formas de la mentira»
Sin embargo, estas leyendas románticas poseían un tinte más oscuro y tétrico, que despertaba en el lector esos miedos escondidos de los que Bécquer intenta separarse. Por tanto, la tragedia forma también parte de estas historias, inspiradas en su gran mayoría en la necesidad de satisfacer el deseo propio a través de la soledad y el tabú.
Leer las Leyendas es como adentrarse en un viaje sin rumbo en busca de una identidad o un ideal a menudo inalcanzable y, cuando lo encuentras, cuando lo tienes junto a ti, de repente todo se desvanece como una estrella fugaz en el universo infinito.
Y así, como reza una de las citas célebres del mismo Bécquer que decoran la página principal de nuestro blog, desde que el blog es blog, despido esta reseña:
«El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo»