El mes de los clásicos; Los ladrones somos gente honrada, de Enrique Jardiel Poncela
El humor de una época
Datos publicación
Obra: Los ladrones somos gente honrada
Autor: Enrique Jardiel Poncela
Editorial: Castalia (Clásicos)
Páginas: 320
Año: 1941
Género: Teatro
Sobre el autor
Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901 – 1952) Dramaturgo y novelista español. Partió de una literatura de raíces vanguardistas, y fue el renovador de la comedia y la narración humorística.
Se dio a conocer a través de colaboraciones en la revista La correspondencia de España y en diversos diarios. Su obra, de profunda inspiración vanguardista, supone una nueva orientación del teatro de humor.
Su propósito fue desterrar al olvido el anticuado humorismo costumbrista hispánico, y aprovechar las infinitas posibilidades de lo inverosímil y lo fantástico.
Por ello, no es de extrañar que sus estrenos desencadenaron grandes polémicas y que la crítica, en su mayor parte adversa, le reprochase sus apresurados desenlaces, en los que se veía obligado a hacer creíbles los brillantes y desquiciados planteamientos previos.
Sinopsis
Los ricos señores de Arévalo quieren celebrar una fiesta en su casa. Este acontecimiento llega a los oídos de Castelar, el Tío y Pelirrojo, tres delincuentes que van a aprovechar la ocasión para preparar un buen golpe. Los tres ladrones planean minuciosamente el robo de manera que nada puede fallar.
Sin embargo, el plan se suspende cuando el jefe del grupo se enamora perdidamente de la hija del dueño de la casa que pretendían robar.
Mi opinión sobre Los ladrones somos gente honrada
La obra de Enrique Jardiel Poncela, se podría dividir en dos etapas distintas y con marcadas diferencias.
Antes de la Guerra Civil, estrenó cuatro obras entre los años 1933 y 1936, donde, a través de una comicidad exagerada, buscaba la sorpresa y el asombro del público.
En sus novelas de este periodo, empleó como recurso primordial la caricatura de personajes y escenarios, así como un cuidado lenguaje, en el que se aprecia la mano de su principal referente, Ramón Gómez de la Serna.
En la posguerra, siguió escribiendo comedias con el mismo tratamiento paródico, cercano a la farsa. Pero aparece en ellas un trasfondo de amargo escepticismo y algo pesimista.
Aquí refrendó cinco obras, entre la que se encuentra la que nos ocupa: Los ladrones somos gente honrada. Digamos, y puestos a suponer, que el éxito consolidado le permitió cierta libertad creativa que se consolida en este momento de su vida.
La obra narra las peripecias de un robo de guante blanco en una casa burguesa de la España de mediados del siglo pasado. Los propietarios son una pareja recién casados, Daniel y Herminia.
El problema es que el marido es un antiguo ladrón. Daniel se había enamorado de Herminia cuando planeaban el golpe en su propio hogar. La operación fracasa y ambos contraen matrimonio.
Tres meses después, el robo es planeado por los compinches de Daniel para vengarse de él, que es considerado un traidor a la banda.
La obra, a pesar de las diferentes percepciones humorísticas que transforma el paso del tiempo, contiene gags que todavía arrancan alguna risa.
El humor de una época
No obstante, no me cabe ninguna duda que este tipo de trabajos nacían en la mente de sus autores para ser interpretados, y pierde bastante fuelle al ser leído.
En materia de teatro, y sobre todo en el humor, el carácter de los actores y su interpretación pesa mucho, convirtiéndolo en casi decisivo.
No obstante, creo que es una lectura muy divertida para aquellos que quieran hacer un descanso de las novelas, la poesía o los ensayos, y que por medio de este trabajo conozcan una época de nuestra literatura que fue brillante y susceptible de ser copiada por autores de otros países.
Una época de nuestra literatura que fue brillante y susceptible de ser copiada por autores de otros países.