Reseña de Cuentos completos de Truman Capote

15 julio, 2021 Antonio Parra Sanz

Reseña de Cuentos completos de Truman Capote

Título: Cuentos completos

Autor: Truman Capote

Editorial: Anagrama

Año: 2013

Páginas: 332

Género: Relatos

Calificación: 

Nuestra puntuación

Sobre el autor

Truman Capote (1924-1984) es uno de los mejores escritores norteamericanos del siglo XX. Autor de las siguientes obras: Otras voces, otros ámbitos, Un árbol de noche, Desayuno en Tiffany’s, A sangre fría, Música para camaleones, Plegarias atendidas, El arpa de hierba, Retratos, Tres cuentos, Los perros ladran, Cuentos completos y Crucero de verano.

Sinopsis de la obra

Esta recopilación incluye un relato inédito, el magistral «La ganga», escrito en 1950, y cinco cuentos que hasta ahora no se habían traducido al español: «Las paredes están frías», sutil crónica de una velada nebulosa entre marineros y mercenarias; «Un visón propio», una historia de apariencias y desencanto para las que Capote poseía un olfato tan fino; «La forma de las cosas», sobre un viaje en tren donde se descubre, con patetismo contenido, un drama bélico; «La leyenda de Preacher», donde una ternura y una penetración soterradas sirven de contrapunto al realismo despiadado y el crudo lenguaje con que se describen las obsesiones y los miedos de un viejo pobre y solitario; y, por último, el conmovedor, grotesco y perspicaz «En la antesala del paraíso», que refiere el encuentro, en un lugar insólito, entre un viudo feliz y una mujer misteriosa, dotada, entre otras cosas, de una voz admirable. Cuentos tan célebres como «Un árbol de noche», «Mojave» y «Un recuerdo navideño», este último adaptado al cine, completan esta recopilación donde brilla con todo su fulgor el estilo sucinto de Capote, dueño de todos los registros  y señor de múltiples ambientes narrativos, que configuran un fresco de humanidad y le aseguran un puesto de honor entre los mejores escritores de su tiempo.

Reseña de Cuentos completos

Fresco social

Es muy probable que el gran público lector únicamente conozca a Truman Capote por ser el iniciador de esa fórmula de la novela periodística que hoy, cuando se trata de crímenes, ha recibido el baño anglófono y moderno de “true crime”. Y si todos recordamos aquel mazazo que supuso A sangre fría, puede que pocos sepan de su producción breve, la cuentística, acaso la que le haya permitido ahondar un poco más detenidamente en la naturaleza de sus paisanos norteamericanos.

En este volumen que debemos a Anagrama, quien publicó toda su obra y hasta creó una Biblioteca Truman Capote, nos encontramos con una veintena de relatos de tintes sociales, ya sean urbanos o rurales, en los que sus personajes desnudan sus conciencias, sus pasados e incluso algunas que otras modas al uso de los años cincuenta del pasado siglo.

Pero uno de los temas de los que no podemos sustraernos es la infancia, varios personajes muy jóvenes andan buscando su destino en estos relatos al tiempo que ofrecen una visión muy peculiar de un fresco social en el que los adultos no salen precisamente muy bien parados, acaso como el resto de un país que aún andaba buscándose a sí mismo, sin terminar de lamerse las heridas que las dos grandes guerras y la depresión habían infligido en su todavía bisoña piel.

Si entramos, por tanto, en el ámbito freudiano, no debería extrañarnos mucho que en estas líneas haya algún que otro ajuste de cuentas adulto, pero no sólo de ello vive el libro, a ello hay que sumarle la sombra del Capote ya adulto, sus conflictos posibles con la homosexualidad, la falta de amor o de un entorno agradable, temas también presentes en estos relatos, poblados por personajes llenos de aristas que, si bien no tienen muchos problemas a la hora de mostrarse ante el lector, también nos van enseñando esos secretos, esos esqueletos que agonizan en el armario mejor cuidado, y que en armarios más humildes se convierten en auténticas bombas de relojería.

Historias del profundo sur pero también de la cosmopolita Nueva York, heridas en la memoria causadas por la Navidad o Acción de Gracias, por ejemplo, soledades que intentan ser llenadas aunque sea paseando por un cementerio, parejas sostenidas con hilos de marionetas, juventudes a la búsqueda de su descubrimiento vital, iniciaciones, compradores de sueños, padres intentando recuperar el tiempo perdido, o esas infancias confusas antes mencionadas.

Todo un fresco que coloca a Capote, si no lo estaba ya, a la altura de otros grandes nombres de su país, léanse Hemingway o Faulkner, y que le proporcionará al lector unas buenas horas de lectura, aunque no tengamos a mano un porche y una buena limonada.

Cuentos completos en Anagrama

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