Análisis de la novela La mujer geométrica
Título: La mujer geométrica
Autor: Vicente Marco
Año: 2019
Páginas: 248
Calificación:
Vicente Marco
Novelista, cuentista, dramaturgo y profesor de talleres de escritura creativa, ha publicado el ensayo Manual de Escritura Creativa y Premios Literarios, las novelas Murmullos, Los trenes de Pound, Ya no somos niñas, Opera Magna, Mi otra madre, El collage de Orsson Beans, Las revelaciones de Mackenzie y El cuadrilátero, así como la recopilación de cuentos Los que llegan por la noche, El desorden de los números cardinales, y las piezas teatrales Viernes trece y sábado catorce y Los guanchu guanchu.
Como dramaturgo, Vicente Marco, ha obtenido el Premio Nacional de Teatro Castellón a Escena 2013, el Fray Luis de León de Teatro 2014 y el Ciudad de Requena de Teatro 2017. Sus obras han sido representadas en distintas ciudades españolas y en México. En narrativa ha obtenido más de cincuenta galardones, entre los que destacan, además de los mencionados, el Premio Unamuno, el Premio Julio Cortázar, el Premio Alberto Lista o los Premios Hucha de Oro.
Sinopsis de la Mujer geométrica
Leer un mensaje ajeno puede cambiar tu vida…
Sara, una mujer de mediana edad, descubre en el móvil de su hijo un mensaje que la aturde. De su lectura se desprende que Mario, de tan solo diecisiete años, mantiene una relación sentimental (¿o únicamente sexual?) con una mujer mucho mayor que él. Ese descubrimiento hace que Sara, contra la opinión de Humberto, su marido, intente contactar con esa desconocida para disuadirla de continuar con Mario.
Lo que Sara ignora es que sus pesquisas la sumergirán en una inquietante espiral que hará saltar por los aires las convenciones de una vida marcada por la rutina y la ausencia de alicientes, para adentrarla en un sendero tan excitante como turbio y peligroso. Vicente Marco nos conduce por los vericuetos de una trama absorbente. El lector, como la misma protagonista, llegará a su desenlace siendo otro distinto del que inició el trayecto.
La mujer geométrica: mentes peligrosas
Siempre se ha dicho que la curiosidad mató al gato, pero quienes acuñaron esa expresión no conocían a Vicente Marco, y nada sabían de su capacidad para juguetear con la mente humana; de haberle conocido tal vez no hubieran sido tan categóricos.
Sí es cierto que esa curiosidad marca el punto de arranque de esta novela, junto a la oportunidad de toparse con un móvil temporalmente huérfano en el que duerme, oferente como todas las tentaciones, un mensaje privado de un hijo adolescente, pero la trama va avanzando después como los tentáculos de una bestia ambiciosa, dispuesta a devorar y a llevarse por delante a quien sea.
La existencia de Sara está teñida de gris, el conformismo, la comodidad, diríase que incluso la abulia marcan la pauta de su relación con Humberto, con quien todo lo más vive el vértigo de jugar a resolver crímenes teóricos los sábados por la noche.
Entre tanto, su hijo Mario ha conocido las mieles del sexo con Nat, una mujer bastante mayor que él, y eso azota la conciencia de Sara, no se sabe bien si por el prurito de la maternidad o acaso por la envidia de esa mujer que disfruta de un cuerpo joven y no de un marido adocenado y algo pusilánime.
Ahí llega, entonces, la primera conmoción de la mano del autor, y digo que la primera porque no será la única. Vicente Marco acumula ya experiencia suficiente como para saber de qué forma jugar con la paciencia, o la tranquilidad (e incluso con la libido en este caso) del lector, y gracias a ello sacude la existencia de Sara tanto como a ella misma le sacudirá la presencia de Rodri. Entrar ahora en detalles sería traicionar al autor valenciano y privar al lector de un buen puñado de sorpresas.
Claro que para cuando ese lector al que estamos respetando está ya instalado en la nueva vida de Sara, le caerá encima un mazazo de magnitudes tremendas tras el cual ya no podrá cerrar la novela hasta que haya llegado a sus últimas líneas. Y es que todo se habrá convertido en un juego de guiñol en el que cualquiera de nosotros podría ser la marioneta, así de débiles nos podemos mostrar, y tremendamente fácil puede resultar, para un buen manipulador psicológico, el hecho de cortarnos los hilos.
Esta novela nos hace sentir mucho, pensar mucho, y dudar todavía más, pero la vida sin dudas sería con un pan agostado y seco, que no esponja, que no se deja seducir por la levadura, por el fermento de un hongo que lo ponga todo patas arriba. Otra cuestión es lo que resulte al abrir el horno, lo que se puedan quemar quienes rodean a Sara o lo indigestas que puedan resultar algunas cortezas. Buen provecho.
Más sobre el autor Vicente Marco en su web oficial: www.vicentemarco.es
Más reseñas de Antonio Parra pulsando en el enlace.
Chelo
Me lo han prestado a las 15:00 horas .
Te engancha desde el principio, un tentempié y continué hasta el final, son las 23:30 no podía dejar de leer.
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