Reseña de La Celestina
El primer superventas de la historia
Quienes siguen de forma habitual este humilde blog saben que dedicamos el mes de julio a los clásicos de la literatura universal. Quedaba en nuestro deber el hecho de ir a buscar y reseñar el que, probablemente, fue el primer superventas de la historia de nuestra lengua. Obra cumbre de la literatura española, es una verdadera delicia para los sentidos, un diccionario de elegantes y socarrones insultos, una parodia del amor cortés que poblaba todos y cada uno de los escritos de aquella época y un reflejo de la sociedad de entonces, con esa crisis por el ascenso de la burguesía y donde se comienzan a dudar de los valores de lealtad, heroísmo, honra, etc.
Pero creo que merece la pena conocer un poco la historia de esta obra de teatro dialogada.
Si quieres leer más reseñas de Jesús Boluda del Toro las encontrarás en su sección de nuestra web.
Origen y versiones
La primera publicación de la Comedia fue en Burgos en 1499. Compuesta por dieciséis actos, carecía de piezas preliminares y final. En la edición de Toledo en 1500, antes de la Comedia aparecen dos textos y, al final, un grupo de octavas de Alonso de Proaza, corrector de la impresión. Los textos son una carta de “El autor a su amigo” y unas octavas acrósticas. En el poema acróstico inicial se revelaba el nombre del autor: Fernando de Rojas. El poema está compuesto por once octavas en arte mayor, que revelan la siguiente información:
“El bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nascido en la Puebla de Montalván”.
Sin embargo, una epístola del autor a un amigo decían que la obra no era suya, sino que su núcleo inicial eran unos “papeles” que le habían agradado y había decidido continuar. También añade que empleó quince días en acabarla. Respecto al propósito de la obra, quiere que sirva de aviso a los amantes sobre los peligros que entraña la pasión. No se sabe si realmente la carta fue enviada o no junto al manuscrito. Por otra parte, podría interpretarse como ficticia, utilizando así el género epistolar para dar veracidad a su discurso. El primer auto de la obra serían esos “papeles”, y el resto, obra de Rojas. La obra tuvo un enorme éxito. El propio Rojas decidió alargar la obra, cambiando el título de Comedia (en 16 actos) por Tragicomedia (en 21 actos). Esta segunda y definitiva es la que se conocerá como La Celestina. Aún hubo un último añadido a partir de una edición toledana de 1526, el llamado “Auto de Trasso”, que no fue creación de Rojas y que carece de la calidad literaria del resto de la obra.
La Comedia y la Tragicomedia de Calisto y Melibea. Diferencias
La diferencia entre la Comedia y la Tragicomedia no afecta solo al título, sino que se incluyen cinco nuevos autos nuevos a partir de la mitad del auto XIV de la Comedia. Después de insertados estos cinco autos, el texto sigue por donde se había cortado, solo que ahora es el auto XIX y que la obra pasa de este modo de dieciséis a veintiún autos. El corte se produce cuando Calisto se despide de Melibea para bajar la escala, pero en lugar de caerse y morir, vuelve a casa y continua con su reflexión sobre la honra y el amor. Además, las prostitutas quieren vengarse de Calisto por la muerte de sus amantes y contratan al rufián Centurio para matarlo. Esta será la nueva justificación para que Calisto baje de forma precipitada la escala del muro y se mate. Esta nueva parte se conoce como el “Tratado de Centurio”. En la Tragicomedia se añade otro prólogo, donde se explica el porqué de esta adición.
El autor echa la culpa a los lectores de la Comedia y dice, con bastante ironía, que le piden “que se alargasse en el processo de su deleyte destos amantes”. Por último, se aprecia la inclusión de unas cien pequeñas modificaciones.
La Celestina: Género y fuentes
Es difícil encajar a La Celestina dentro de alguno de los géneros conocidos, ya que hay varios aspectos que la acercan al género dramático, pero otros son propios de la novela. Esta controversia da pie a dos líneas fundamentales: La Celestina pertenece al género dramático porque sus fuentes esenciales están en la comedia humanística. De igual forma, es una novela porque sus modelos genéricos se encuentran en la comedia humanística, pero, sobre todo, en las novelas sentimentales, de las cuales hace una parodia. La comedia humanística italiana surgió en el siglo XIV de la mano de Petrarca y progresó durante dos siglos adoptando formas y estilos variados, mostrando influencias de Terencio y la comedia romana, pero siempre con mucha libertad. Son obras principalmente en prosa, aunque también las hay en verso, casi todas en latín, con una división clásica en actos, no siguen las reglas habituales de tiempo y espacio, el tema es el amor ilícito… Se aleja, no obstante, de la comedia humanística en varios rasgos: Tiene un final desgraciado y se compuso en lengua vernácula.
Además, en La Celestina se sigue un modelo de la comedia más antiguo que el de Plauto y Terencio, uno no representable. Otras influencias son: El libro del Buen Amor, no solo por la paráfrasis del “Pamphilus”, sino por la Trotaconventos, un antecedente de Celestina. Así mismo, tienen su peso el Diálogo entre el Amor y un Viejo, de Rodrigo Cota; el Corbacho, del Arcipreste de Talavera; o la Cárcel de amor, de Diego de San Pedro. Importante es la obra de Petrarca, de quien Rojas utiliza sentencias con las que caracteriza el habla de los personajes.
La Celestina como parodia de la ficción sentimental
La historia del deseo de un hombre joven que quiere conquistar a una mujer estaba muy manida. Es el argumento de la poesía de cancionero o la novela sentimental. Estas obras se construían sobre las normas del amor cortés y utilizaban un lenguaje fuertemente idealizado. Con este molde amoroso y literario se quieren identificar Calisto y Melibea a través de sus palabras. Sin embargo, la distancia que separa su discurso de la realidad es bien amplia. Calisto transgrede al género al no comportarse según los códigos del amor cortés en la primera entrevista con Melibea, al hablar de su amor con sus criados o al acepar acudir a Celestina. A pesar del supuesto idealismo, lo que busca es la satisfacción sexual. Sus cambios de humor, faltas de decoro en el trato y obsesión amorosa lo muestran como un bobo enajenado. Su muerte, al bajar precipitadamente por la escalera, le da el fin apropiado al personaje. Se ha convertido en la figura de un personaje que provoca risa al lector y con el que no puede sentirse identificado como héroe. Melibea no es menos transgresora, pues desde el principio revela el orgullo y la confianza en sí misma que la conducen a perder la vergüenza y confesar a Celestina su pasión, fuera de convenciones sociales y perdiendo la honra. Se trata de una antítesis de héroe y heroína. El uso del discurso y las actitudes propias de la idealizada novela sentimental contribuyen a la ironía y el efecto humorístico.
Intención y popularidad de La Celestina
De las coplas de Alonso de Proaza suponemos que la obra era leída por un solo recitador ante un grupo reducido. Este recitador cambiaba las voces y gestos para interpretar a los personajes. Pero no significa que se representara, ya que no fue nunca la intención del autor. La difusión de la obra se hizo mediante la lectura en voz alta, hecho común en la época, o de manera individual. La intención moralizante de la obra está fuera de duda, por más que en algunas menciones sea condenada como perniciosa.
El antiguo autor, Rojas y Proaza insisten en avisar contra los peligros del amor y la relación con criados y alcahuetas. Fuera leída desde una perspectiva moral o puramente estética, el éxito fulminante de La Celestina estimuló la aparición de numerosas continuaciones e imitaciones que se imprimieron hasta bien entrado el siglo XVII, dando lugar al “género celestinesco”. Hasta el siglo XX no se ha representado, cuando han aparecido varias adaptaciones escénicas. También hay versiones en el cine. Recomendable es la que aparece la magnífica Terele Pávez en el papel de Celestina, con unos jovencísimos Juan Diego Botto y Penélope Cruz como pareja amorosa. Aquí te dejo un trocito: La Celestina en YouTube.
Los autores de La Celestina
En 1989 se descubre la existencia de un fragmento manuscrito de La Celestina en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid. Tras las investigaciones, parece seguro que es una copia de lo que Rojas llama los “papeles” del antiguo autor que le llegaron a Salamanca.
De acuerdo con la hispanista Patrizia Botta, la trayectoria de La Celestina es la siguiente: una obra de origen salmantino, que se transmite de forma anónima y sufre varios retoques y adiciones, hasta que Fernando de Rojas toma el texto y le da una forma para que finalmente se imprima.
La crítica ha sostenido una apasionante disputa sobre el autor o autores de la obra. Podemos contar cuatro opciones:
- La Comedia entera fue escrita por un solo autor.
- La Tragicomedia es obra de un solo autor.
- Tres autores: el antiguo autor del primer auto; Rojas, que completa ese auto y es autor de la Comedia; y un tercer autor que escribe el Tratado de Centurio y da lugar a la Tragicomedia.
- Hay dos autores: el que escribe el Auto I y la primera escena del segundo y un segundo autor que continua con el resto, haciendo una obra para imprenta.
Esta última es la más aceptada por la crítica y la más documentada.
Fernando de Rojas nació en la Puebla de Montalbán, provincia de Toledo, en el seno de una familia conversa de cuarta generación. En 1488 se matricula por primera vez en la universidad de Salamanca, donde estudia hasta 1500. A principios del siglo XVI se instala en Talavera de la Reina para ejercer como jurista profesional, y donde permaneció el resto de su vida. Cuando escribió La Celestina tenía aproximadamente veintitrés años y era un jurista casi formado, cuya perspicacia profesional se manifiesta en algunos aspectos de la obra. Es curioso que, después de escribir una obra tan genial y ver el éxito de la misma, no volviera a escribir ninguna otra obra. Existen múltiples conjeturas sobre la autoría de los “papeles” que dan pie a la obra. Los versos iniciales lo definían como “un grande hombre de mucho valer”; la “Carta” lo consideraba claro ingenio castellano, pero no se decía nada de su nombre. La Tragicomedia cambiaba un verso para dejar caer los nombres de “Cota o Mena”. Juan de Mena fue sistemáticamente obviado. Rodrigo Cota sí que ha sido considerado como posible autor, tanto por su origen como por ser el autor de Diálogo entre el Amor y un Viejo, obra que deja reminiscencias en el primer auto de La Celestina. Sin embargo, este no deja de ser una hipótesis sin comprobación documental.
Resumiendo…
Estamos ante una obra magna que marca el paso de la literatura medieval a la renacentista y que descubre la versión más descarnada y primaria del ser humano en una época donde todo eran amores idílicos. Entre sus páginas encontrarás mil formas de meterte con tu cuñado casi sin que se entere, maravillosos diálogos, monólogos y apartes y un sinfín de situaciones que varían desde el amor, la codicia, la magia de color oscuro y el tratamiento de la muerte como el fin de todo, no como un paso a la vida eterna.
Ficha técnica
Título: La Celestina
Autor: Fernando de Rojas
Editorial: Castalia Didáctica (edición recomendable por sus documentación complementaria)
Año: 1499 el original
Páginas: 412
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