Literatura para adolescentes
Recientes estudios publicados por universidades de todo el mundo afirman que la capacidad de atención del ser humano se encuentra en un umbral de unos 5 segundos. Esto, si lo aplicamos de forma exclusiva a los más jóvenes, puede que sea diferente. Desde Elquintolibro queremos homenajear a todos aquellos chicos que sí se sienten atraídos por los libros juveniles.
El debate está en la calle. Algunos redactores de este blog tenemos una vinculación especial con los lectores de menor edad, pues somos docentes en institutos de educación.
Es cierto: la juventud cada vez lee menos. Pero, también es cierto que no todos los jóvenes actúan de la misma forma, englobarlos a todos en un mismo saco no sería justo.
En una época en la que nos gusta etiquetar todo, parece que nuestros adolescentes no se pueden desquitar de esa etiqueta que los categoriza como incultos o faltos de interés por la lectura.
Algo de cierto hay, sin duda, pero también encontramos jóvenes que son unos amantes fervientes de la lectura desde edades muy tempranas.
Posiblemente, todo tiene que ver con la educación recibida en casa. Yo mismo, desde bien pequeño, me acostumbré a ver a mis padres siempre con un libro en la mano.
El resultado estaba claro: los libros fueron para mí algo sagrado, un objeto de deseo; quería imitar el comportamiento de mis padres.
No era extraño observar como en fechas señaladas en mi casa se regalaban libros. Primero fueron cuentos, luego libros juveniles, y más tarde: novelas gráficas o novelas de cualquier género.
El fomento de la lectura también se debe realizar desde las propias aulas. Tratar de introducir libros que sean interesantes y despierten el interés de los estudiantes. Quizás no es necesario buscar lecturas obligatorias siempre, también se pueden introducir otros títulos escritos por algún referente: cualquier escritor o escritora juvenil que sea del agrado del alumnado.
Esto no quiere decir que no se tengan que leer y estudiar a los grandes clásicos y maestros de la literatura, pero esas lecturas se pueden combinar con otras novelas juveniles que despierten el interés de los más pequeños. Como siempre, en el equilibrio está la clave de todo.
En mi centro educativo, hay muchos niños que pueden disfrutar de autores de novela juvenil como el caso de Encarni Arcoya, cuyas novelas se devoran en muchos rincones del patio. O incluso otras lecturas más comerciales y de masas: las andanzas de Harry Potter, Isadora Moon, Blue Jeans o los Futbolísimos. Hacedme caso: lo que sea, pero leer.
No todo es tan bonito, es cierto que las nuevas generaciones adolecen de conocimientos de ortografía o redacción. Las faltas graves de ortografía se observan incluso en los textos redactados por los alumnos de cursos más altos o en los jóvenes que se incorporan al mundo laboral.
Parece que el uso excesivo de las nuevas tecnologías tiene buena parte de culpa en estos asuntos. La sociedad actual se está acostumbrando a las pantallas de forma peligrosa. Se sustituye la palabra escrita por la información y los contenidos audiovisuales, a poder ser, breves: formatos habituales en las nuevas redes sociales que basan su éxito en el contenido a través de vídeos de corta duración.
Como decía al inicio del artículo, es cierto que nuestra capacidad de atención está disminuyendo. Los 5 segundos actuales sustituyen a los doce segundos que teníamos hace escasos años.
Eso sí, nuestra capacidad para realizar varias tareas y prestar atención a varias cosas a la vez parece estar creciendo, lo cual no es una solución ni un dato esperanzador. Lo mejor sería prestar atención en lo que se está haciendo en cada momento, y si es disfrutar de una buena lectura mucho mejor.
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