Reseña de The Ghost in the Shell
Título: The Ghost in the Shell
Autor: Masamune Shirow
Editorial: Planeta Cómic
Año 2017 (original año 1991)
Páginas: 350
Género: Manga de ciencia-ficción (seinen)
Calificación:
Sobre el autor
Masamune Shirow (Kobe, 1961) es uno de los más célebres dibujantes de manga japonés. En 1985 publicó su primera obra: Black Magic, en la que ya se apuntaban algunos de sus rasgos esenciales con la introducción de distopías, asuntos tecnológicos y política. Su segundo manga es también uno de sus más celebres: Appleseed. Con The Ghost in the Shell Masamune adquirió el estatus de autor de culto, una obra que explora los límites de la humanidad y la tecnología y que ha conocido varias adaptaciones, siendo las más celebradas la película anime de 1995 dirigida por Mamoru Oshii o la serie también de animación Ghost in The Shell: Stand Alone Complex, que convierte la franquicia en un auténtico neonoir con los ciberdelitos como fondo.
Reseña de The Ghost in the Shell
El primer tomo de The Ghost in the Shell recopila los diez primeros números de la serie escrita e ilustrada por Masamune Shirow, que fue publicada de forma trimestral entre 1989 y 1990 por la revista Young Magazine Kaizokuban. En ellos se nos presenta a los personajes principales que protagonizarán las numerosas películas y adaptaciones posteriores: la Mayor Motoko Kusanagi, un cyborg cuya única parte humana es el cerebro; el jefe “caramono” Murakami; el grandullón y noble Batou; el detective anti implantes Togusa; y los encantadores Fuchikomas, entre otros. Miembros todos de la Sección 9, un grupo de las fuerzas especiales que se encarga de combatir el cibercrimen.
The Ghost in The Shell es una de esas obras consideradas de culto dentro de la ciencia-ficción, capaz de convertirse en inspiración y referencia de obras de gran impacto como Matrix, de dibujar –nunca mejor dicho- un futuro quizás no tan lejano en el que las barreras entre el mundo físico y el virtual son cada vez más franqueables. Un mundo en el que lo normal es tener un cuerpo modificado con componentes cibernéticos, en el que las IA (inteligencias artificiales) forman parte de lo cotidiano.
“Un psicólogo hablaría de deshumanización en una era de sobresaturación informativa… O de que el consumismo promueve deseos especiales. Pero lo único que quieren los robots es que no los traten como objetos desechables”
Shirow nos mete de lleno en Newport City, una metrópolis superpoblada, hipertecnificada y violenta, en la que los delincuentes actúan pirateando cerebros ajenos, valiéndose de la vasta red de información para colarse donde desean y transformar el mundo a su antojo. Ahí es donde entra la Mayor Kusanagi y sus compañeros de la Sección 9, los cuales tendrán que hacer frente a un buen puñado de complicado casos. Uno de ellos se llevará la palma: tratar con el criminal conocido como el Titiritero, una extraña entidad que es capaz de infiltrarse en cualquier lugar y controlar cibercerebros a su antojo.
El autor japonés no escatima en dar cuantiosos detalles, tanto en las (a veces) densas conversaciones entre los personajes, como en numerosísimas anotaciones en los márgenes de las páginas. Interesantes notas del autor en las que se explaya hablando de temas metafísicos y científicos, de teorías varias, así como de detalles acerca de la tecnología que forma parte de su mundo, de los robots, armas… Incluso dedica varias páginas a explicar cómo se cree un cuerpo cibernético.
Tramas político-policiacas, toneladas de acción y casquería prostética, una buena cantidad de disertaciones filosóficas y existenciales, sin olvidar las numerosas interacciones cómicas entre los personajes, es lo que encontramos en este primer tomo de Ghost in The Shell. Un manga que llena los ojos con su detallado y dinámico mundo cyberpunk, a la vez que te introduce en un complejo futuro en el que las eternas preguntas existenciales del ser humano quizás están más cerca de ser respondidas.
“No soy una IA… Soy una forma de vida surgida en el mar de la información” -El Titiritero
The Ghost in the Shell en Planeta de libros