Editorial: R&S
Año: 2018
Número paginas: 87
Género: Novela de guerra y de amor.
Calificación:
Sobre la autora
María Dolores Alcaraz (Murcia, 1963) es Licenciada en Filología Hispánica por la Complutense de Madrid, y Diplomada en Biblioteconomía y documentación por la de Murcia. Su infancia y juventud estuvieron ligadas a Madrid y Murcia, y en 1992 se estableció en Mula, ciudad que siente como suya y en la que asegura ser muy feliz. Por su formación y su vida laboral, pues es profesora de Lengua castellana y literatura, siempre ha estado ligada al mundo de las letras. «Desde que tengo uso de razón me recuerdo con un libro entre las manos».
La niña de mis ojos es su primera incursión literaria, gracias al primer premio que obtuvo en un concurso de relatos y cuya recompensa era la edición de un libro. Afirma que el proceso creador ha sido una experiencia jubilosa y gratificante, y un desafío enormemente divertido.
Sinopsis
A Manuel, el niño mimado de una familia bien, le viene como anillo al dedo el tópido de «carpe diem». Disfrutar de la vida es su lema, hasta que el amor y la guerra se entrecruzan en su existencia y todo aquello que había apartado de sí, por incómodo o molesto, empieza a cobrar relevancia, haciendo que sus prioridades cambien.
Reseña de La niña de tus ojos
Es gratificante para mí hacer esta reseña. No solo porque el libro me haya gustado. Ni tan siquiera porque conozca a la autora, y le tenga un enorme aprecio. El principal motivo es tener la suerte de participar en un club de lectura que me recuerda a la taberna de los cuatro vientos, donde Hernán Cortés, Núñez de Balboa, Ponce de León, Alonso de Ojeda y el mismísimo Cristóbal Colón se reunían a remojar el gaznate y a paliar el calor sofocante, y donde todos y cada uno de ellos soñaba con grandes hazañas, sin saber que éstas se volverían ciertas, y marcarían un nuevo rumbo en la historia del mundo. Ninguno de ellos sabía lo que el futuro les deparaba mientras ahogaban sus penas buscando el fondo de un vaso.
En el caso que nos ocupa, quizá no vayan a descubrir nuevos mundos, pero gracias al concurso de relatos de este club y al primer premio, consistente en la edición de un libro, vamos observando como muchos de los que allí se sientan entorno a un libro y su escritor, llevan su propio autor dentro, agazapado por las circunstancias personales, o de la vida, o de vete a saber el motivo. Pencho Caballero, Marianela Ibáñez, Manuel Susarte, Ángeles Castillo y algún que otro que ahora mismo se me escapa son parte de este club, del que me siento muy orgulloso de pertenecer.
Y dentro de esta terna de descubrimientos le llegó el turno a María Dolores Alcaraz. El relato Expedito, con el que nadie le relacionaba, fue el ganador del año pasado. Ella, discreta en las reuniones del club, tenía un brillo especial en la mirada a la hora de recoger el galardón, quizá no por el hecho en sí, sino por verse en la oportunidad de sacar a esa escritora que había en su interior. Y un tiempo después nos presentó a La niña de tus ojos.
No le han hecho falta cuatrocientas páginas para entretejer una trama bonita, concisa y ágil. De hecho creo que es de los pocos libros a los que ni le sobra ni le falta una palabra. Las modas literarias esta vez han pasado de largo.
Podríamos contar que es la típica historia de chico conoce a chica, se enamora, la engatusa y la abandona por su diferencia social, como tantas similares que se han contado en épocas de guerra. Pero en este caso es algo más. Es una historia de principios, de personajes potentes, sobre todo los femeninos, y donde la guerra del Rif observa la escena desde el patio de butacas, en un papel meramente testimonial.
Si tú, lector de esta reseña, eres de o conoces Murcia, darás un grato paseo por sus calles, reconociendo en varias ocasiones lugares que apenas han cambiado desde la época del relato hasta nuestros días. Pasearás por la calle Jabonerías, cruzarás el puente de los Peligro e incluso visitarás la Contraparada. Y el concepto de cercanía que este hecho transmite anota otro punto a favor para el libro.
En definitiva, una historia cariñosa, que en ocasiones te encogerá el corazón, y donde se muestra un rayo de esperanza al ver cómo se puede redimir una persona para pasar de un extremo al otro en el concepto de existencia.
Es casi una imposición para los que formamos El quinto libro no contar nada sobre el texto que relatamos, preferimos hacerlo sobre el total, sobre los personajes y los escenarios. En este caso no va a ser menos, primero porque seguimos queriendo ser fieles a un estilo marcado y que tantas y tan buenas alegrías nos está dando, y segundo porque en esta ocasión el tópico de «es mejor leerlo a que te lo cuenten» cobra una fuerza real. Si a esto le sumamos que es, como antes contaba, la autora compañera del club y buena amiga, entenderéis el por qué de comentar lo gratificante de esta reseña.