Reseña de Perdón a la lluvia

2 febrero, 2023
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2 febrero, 2023 María Belmar

Perdón a la lluvia, de Sara Búho

Nuestra puntuación

Sinopsis de de Perdón a la lluvia

Perdón a la lluvia es una inspiradora colección de reflexiones, poemas y frases que fueron compartidos por primera vez por la autora en redes sociales y que ahora vuelven a los lectores en formato papel. Una edición muy cuidada que la misma Sara Búho ha concebido como un cuaderno de notas íntimas, rebosante de su sensibilidad única y de su rico universo creativo. 

Es un conjunto de tormentas que no supimos navegar. Un viaje por todos los naufragios, por todo lo mal entendido. Una vuelta al dolor en brazos de la nostalgia. Un intento de convertir los recuerdos en alas, y que dejen de ser cadenas. Un paso atrás para recuperar lo que es valioso y quedó perdido en la huida, y también para sanar lo que un día no supimos cómo. Los poemas irán acompañados de frases manuscritas y dibujos originales de la propia autora y no faltarán textos inéditos.

Perdón a la lluvia

Mi opinión de de Perdón a la lluvia

Día 23 de diciembre. El jefe de servicio pasa por el pasillo. No me ve. Vuelve pronunciando mi nombre: “ah hola María, toma, es un detalle de Navidad”. No abro el paquete que llevaba en ese momento resguardado bajo el brazo. Decido abrirlo con prisa en cuanto llego a mi sitio, me inquieta saber qué libro se esconde bajo ese sobre acartonado. Sara Búho, Perdón a la lluvia. Tapa dura, negra y oscura.

Una mujer con vestido de velo corto y blanca sujeta un paraguas abierto, también blanco, que la resguarda de unas gotas que semejan a la lluvia pero que son puntos de escritura y comas del revés. El efecto del viento bajo esa lluvia me lo imagino al ver que la capa de ese velo que lleva la mujer se eleva sobre la espalda hacia sus hombros. Aparentan unas alas. Su cara completa no se ve pero su tez es pálida. Puede ser cualquier chica, cualquier mujer.

Qué cuidada la imagen, el dibujo y la portada de este libro, que luz tiene sobre tanta oscuridad… lo comprendo todo mejor tras su lectura.

Enciendo el ordenador del trabajo mientras leo la contraportada del libro. Lo sujeto fuerte entre mis manos, siento una sensación de gratitud y alivio. Pongo el tacto de la yema de mis dedos levemente sobre él. Ya sé lo que va a pasar con este libro. Me adelanto a sospechar que este libro ha venido a encontrarme a mí y devolverme la poesía. Salgo de allí antes de que llegue el primer paciente y me dirijo a su despacho:

 —Gracias, otra vez gracias, he leído la contraportada y sé que me va a encantar. ¿observación, sabes algo o…? 

—No, pura intuición—me contesta— estaba entre dos y al final elegí este, a mí me encanta la poesía. Me alegro haber acertado, espero que te guste.

—Seguro, ha llegado en un momento justo. Gracias.

Al salir del trabajo tengo que ir a un sitio. Quizá el libro me guía hasta allí. No sé lo que es pero lo llevo en el asiento del copiloto, pegado a mí. Entre él y yo se ha formado un vínculo, desconozco aún cual es. 

¡Vaya!, el sitio está cerrado, tengo que esperar a que abran y no pierdo ocasión para quedarme allí. Es un día primaveral, bajo las ventanas del coche y me quedo leyendo a Sara. Sus palabras me devoran, leo poesía, tengo prisa por leer nuevas líneas y no la tengo porque abran el sitio en el que estoy esperando. 

No llevo lápiz, doblo una puntita pequeña de cada página donde hay un fragmento que me gusta o quiero releer, aunque sé que lo leeré más de una vez. Este poemario ha llegado para quedarse conmigo. Cerca. Absorbo reflexiones, me resuenan algunos matices, me reflejo en el contexto. Dentro del libro llueve y sobre mi coche yo oigo pájaros en la hora de la siesta, junto a los árboles de mi ventana. Solo existe esa diferencia. Por lo demás, estoy metida de lleno en su lectura.

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Son las cuatro de la tarde en punto y oigo cómo chirrían las persianas. El negocio en el que espero abre sus puertas. Cierro el libro, llevo la mitad sin darme cuenta. Lo saco del coche conmigo. Pienso que menos mal porque acaba de abrir y ya tiene gente dentro. ¿Por dónde ha entrado?, pienso. Me apoyo, sigo leyendo hasta que termina con la otra clienta. Y cuando viene a atenderme me pilla empapada en este párrafo: 

“Nunca se me dio bien. El adiós perfecto requiere valentía, entereza, confianza, determinación y amor. A mí el amor me roba todo lo demás. Pronunciar el adiós perfecto es sujetar el propio dolor y prepararse para recibir un nuevo impacto. Lágrimas, abrazos. (…) los labios buscándose ansiosos sabiendo que cada beso es el último, la adrenalina del daño dejándonos a la misma distancia… Qué frustrante la certeza, el saber que no soy yo quién debe curarte; secar tus lágrimas y querer borrar su origen, es decir, borrarme. Nadie sale intacto de una despedida, porque en el fondo está diciendo adiós a una versión de sí mismo que ya nunca va a volver a existir, que ya solo vivirá en la cicatriz de otra persona”. 

Sonrío al leer estas líneas por segunda vez. Sonríen conmigo.

Me toca, es mi turno, ha sido mi turno y salgo del letargo. Luego me monto en el coche y vuelvo a casa.  La verdad ha venido conmigo y con este poemario. Esa noche al terminarlo lloro, como la lluvia que cae, retiene y se dibuja en este bello libro.

En mi habitación, sobre el cabecero, en una balda pequeñita, junto a un arbolito minúsculo y unas luces decorativas, se sostiene de frente Perdón a la lluvia.

“Llorar no era para tanto. Es más, lo echaba de menos. Eso pensé cuando todas mis emociones me abandonaron”.

Y allí, sobre mi almohada, yace la lluvia llovida y la lluvia contenida. Yace lluvia sobre buzones, sobre bancos cercanos y soleados, de canciones escuchadas, de secretos compartidos, de mensajes y cartas enviadas, de momentos anhelados… Lluvia, lluvia incesante o retenida en palabras, en un libro, en un corazón, o dentro de un sobre, lluvia “al amor de mi vida”.

“Pronuncio mi nombre

 desde el fondo de un pozo infinito

y suena el tuyo”.

Queridos lectores, de estos deliciosos versos poco se puede hablar, es mejor que den con su propia experiencia y le otorguen el favor de llevarlos a su verdad, que será única y auténticamente suya. Y sí, la verdad entrañará un riesgo, también será efímera por ser curativa junto con los sentimientos y recuerdos removidos. La esperanza queda en esas alas que nunca dejan de abrirse ante cualquier vasto tropiezo que nunca es duradero.

Sobre la autora, Sara Búho Hormigo

(La Línea de la Concepción, Cádiz, 1991). 

Graduada en Derecho y con Máster en Marketing Digital y Comercio Electrónico, nunca dejó de lado una de sus pasiones: escribir. En 2005, con la creación de su primer blog en internet, comienza a compartir en la red sus poemas. A partir del año 2012, sus versos alcanzan gran difusión llegando a reunir a cientos de miles de lectores en las redes sociales.

 Es autora de los poemarios La ataraxia del corazón, Y yo a ti y La inercia del silencio; y de un álbum ilustrado titulado Un poema para mis abuelos

Ha participado en multitud de recitales y encuentros internacionales de literatura tanto en España como en distintos países de América Latina, llevando su poesía allá donde quisieron leerla y escucharla.

Os dejo aquí un enlace sobre un artículo que escribieron va a hacer apenas un año en rtve: https://www.rtve.es/television/20220202/sara-buho-escritora-poeta-influencer-miles-seguidores-redes-sociales/2276900.shtml

Ficha técnica de Perdón a la lluvia

TITULO: Perdón a la lluvia

 AUTOR: Sara Búho

EDITORIAL: Lunwerg (ed. Planeta)

PÁGINAS: 160

AÑO: 2022

GÉNERO: Poesía contemporánea española

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