Entrevista a Natalia Gómez Navajas

2 septiembre, 2021 Jesús Boluda del Toro

Natalia Gómez Navajas nació en Logroño en 1970. Estudió la carrera de gestión de empresa en Madrid, y regresó a su ciudad natal a su finalización. En 2012 fue diagnosticada con fibromialgia, lo que le hizo dar vuelco a su vida y crear su primer gimnasio dedicado a actividades dirigidas.

En 2016, debutó en el mundo literario con Tras el objetivo, un thriller coral que se desarrolla en dos tiempos.  Su segunda novela vio la luz en 2017, Buzali. El origen, que fue finalista al Premio de Novela Cartagena Negra 2018. En 2018 publicó El mago y la daga, que resultó galardonada con el II Premio Literatura Ilustrada Villa de Nalda e Islallana.

Fue la ganadora del I Concurso de micorrelatos El quinto libro (2019), con su micro La chica del gánster.

Para quien no te conozca, ¿quién es Natalia Gómez Navajas?

Lo primero, quiero enviar un saludo a todos los lectores de El quinto libro y daros las gracias por la labor cultural que desempeñáis. Nunca me ha gustado mucho hablar sobre mí. Te puedo decir que fui una niña a la que le encantaba la lectura y que ideaba historias que se convertían en juegos para mis hermanas y para mí. Soy una persona inquieta. Me cuesta mantenerme en la monotonía. Mi madre siempre utilizaba una expresión para referirse a mi forma de ser: «panderito nuevo toca buen son…». Estudié Gestión Empresarial y estuve más de quince años trabajando para el departamento financiero de una empresa. Hace un tiempo y debido a un problema de salud, dejé todo, me formé como monitora de pilates y abrí mi primer centro de actividades dirigidas. En la actualidad dirijo un centro propio en el que imparto varias actividades enfocadas al bienestar, en las que me he ido formando a lo largo de los últimos años. En 2015, me lancé a la aventura de escribir algo, una idea que me rondaba por la cabeza y que intenté plasmar en papel. Así nació Tras el objetivo, que en 2017 fue publicada por Sinindice. Me picó el gusanillo y aquí sigo.  

¿Qué nos puedes contar, sin desvelar nada, sobre Aras de venganza?

 Aras de venganza es mi tercera novela.

Según los entendidos (a mí no me gusta poner etiquetas), es un thriller policíaco.

Ana Sánchez y Luis Acevedo se enfrentan a un asesino meticuloso que no dejará ninguna pista. Mientras acompañamos a los protagonistas en la resolución de la investigación criminal, nos sumergiremos en la psique del asesino. Además conoceremos a los fantasmas pasados y presentes que, en mayor o menor medida, rigen las vidas de los personajes.

Te has llevado la trama de tu novela a tierras riojanas, ¿ha sido por la comodidad de conocer los escenarios o por hacer un homenaje a tu lugar de origen?

Quería ambientar una novela en mi tierra. Pero me debatía entre las ganas y la responsabilidad de saber que la mayoría de mis lectores iban a mirar con lupa cada una de las descripciones que formasen parte de la novela. Los escenarios de La Rioja están a la altura de muchos bestsellers, sin tener nada que envidiarles. A lo largo de la Historia, ha sido tierra de paso, cruce de culturas y civilizaciones, campo de batallas. No podemos olvidar que es la cuna del castellano, como tampoco que el mal puede darse en todas partes, así que por qué no emplazarlo en una tierra pequeña y tranquila como La Rioja.

¿Crees que el noir rural y el urbano precisan de códigos diferentes?

Creo que la diferencia está en pequeños matices que llegan a crear una gran distancia entre los dos subgéneros.

El rural o country noir huele a barro, a calles sin asfaltar, a casas abandonadas.

Camioneros sudorosos en tascas aisladas. Incestos silenciados y puñetazos a la salida de una fábrica ilegal de alcohol… Las armas utilizadas también variarían, mientras que en la ciudad nos encontramos con pistolas o navajas, en el rural los investigadores se las tendrán que ver con azadas, hoces o incluso picadoras de carne utilizadas por los cazadores para hacer embutidos. El rural noir nos proporciona escenarios extraordinarios para que los escritores se recreen en los impulsos que mueven al ser humano.

A veces parece que han quedado cosas pendientes del pasado de los dos protagonistas, ¿es así, sabremos en algún momento algo más de sus vidas?

Me lo han pedido en varias ocasiones, una nueva historia protagonizada por Ana y Luis. Por el momento, no. Para mí, los dos protagonistas continúan donde los dejé, en el último capítulo de la novela. Por ahora, no tienen nada nuevo que contar. Quizás en un futuro, cuando evolucionen, es posible.

¿Qué te motiva a escribir historias de este género, tan de moda últimamente?

Como te he comentado antes, no soy muy partidaria de las etiquetas, aunque entiendo la necesidad de que existan, sobre todo, por el gusto o la predilección del lector; para no sentirse defraudado a la hora de llegar a casa con una novela.

Cuando me siento a escribir no pienso en el género de la novela.

Surge una idea o un personaje y a partir de ahí la historia va evolucionando. Sí que parece, por lo que voy publicando, es que se me dan mejor las tramas de este género.

Aras de venganza está siendo reconocida y premiada este año por todo el país. ¿Qué sientes al ver tu libro acaparando premios y nominaciones?

¡Imagínate! Es impresionante, sentir que lo estás haciendo bien. Estudié una carrera que no tiene nada que ver con la literatura, nunca he hecho un curso, así que estos reconocimientos me llevan a pensar que tengo algo innato para la escritura.

Repites como finalista de Cartagena Negra, tras tu nominación en 2018 por El origen, ¿sientes que esta vez será la buena?

Ojalá. Me encantaría, aunque la nominación en sí ya es un premio. Que Aras de venganza asome la cabecita entre lo que se ha escrito en 2020 en un gran reconocimiento.

En esta humilde web literaria podemos sentirnos orgullosos de que tú fuiste la primera ganadora del Certamen de microrrelatos El quinto libro, ¿sigues escribiendo en formato corto?

Algo ha surgido. De vez en cuando he publicado alguno en la revista Solo Novela Negra. Es un género que me gusta, para mí supone un reto originar una historia que atrape en unas pocas líneas. Lo que me frena es la falta de tiempo, entre el trabajo y la novela de turno apenas me quedan ratos libres.

Como diría el irresponsable de Cartagena Negra, don Paco Marín, ¿tienes alguna manía a la hora de escribir?

Café, mucho café. Y soledad, me cuesta mucho escribir con gente alrededor. Creo que no tengo ninguna más.

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