Reseña de El olvido que seremos

Novela El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince

Título: El olvido que seremos

Autor: Héctor Abad Faciolince

Editorial: Alfaguara

Año: 2006

Páginas: 328 páginas para viajar por los recuerdos de la mente

Calificación: 

Sinopsis de El olvido que seremos

Héctor Abad Gómez dedicó los últimos años de su vida, hasta la misma noche en que cayó asesinado en pleno centro de Medellín, a la defensa de los derechos humanos. El olvido que seremos es la reconstrucción amorosa, paciente y detallada de un personaje. Pero es también el recuerdo de una ciudad, de una familia y una evocación melancólica de la niñez.

Coplas a la muerte de un padre… y de un país

El olvido que seremos es una novela convertida en imprescindible dentro de la literatura contemporánea. Una de esas obras de las que más se está hablando en los últimos años, especialmente, con la adaptación cinematográfica creada por Fernando Trueba y protagonizada por Javier Cámara, la cual ya ha recibido una adaptación en formato audio libro (narrado por el propio autor) y de la cual se prepara un nuevo proyecto: una novela gráfica.

La película de Trueba servirá para visualizar ese particular viaje por los recuerdos que Héctor Abad Faciolince realiza para honrar la memoria de su padre y de todo un país, el cual lucha por salir de un pozo sin fondo, sepultado por décadas de corrupción y vulneración de los derechos humanos.

La historia de Héctor padre camina de forma paralela a la de Colombia. Su vida podría ser la de otros tantos colombianos cuyo único delito fue el de amar a su país y luchar a pecho descubierto por su liberación. Una historia de la cual conocemos su desenlace, pero cuyo desarrollo nos hace entender el por qué de muchas cosas: ¿cómo un país ha llegado a tal situación de angustia y desesperanza?

El miedo y el terror, como personajes cuya presencia siempre aparece latente en cada página, en cada conversación. En la relación de un hijo que, de forma inocente, venera a un padre al que considera tan inmortal como heroico.

El padre, en cambio, desde siempre supo que su carrera era la de un corredor de fondo: larga y solitaria. Teniendo como único destino la muerte, y con la única aspiración de convertirse en un mártir capaz de alterar el devenir de una sociedad podrida, en la cual depositaba, quizás, demasiadas esperanzas. Solo los actos altruistas serán capaces de remover consciencias, de ser recordados.

Héctor Abad Gómez: «Yo seré recordado por mi hijo».

Puedes leer todas mis reseñas en la sección: Reseñas de Cristóbal Terrer Mota.

El idealismo exacerbado de la esperanza, que no teme enfrentarse a su destino, como única vía de escape para los que se sienten oprimidos, llevándoles a luchar por sus principios, algo tan romántico que en algunos pasajes de la novela puede rozar lo inverosímil. ¿Es capaz un padre de tomar decisiones que arriesguen la salud de su familia por salvar a un país enfermo?

La novela nos conduce por la historia de Colombia, un país que lucha por salir de una época oscura para adaptarse a las nuevas sociedades contemporáneas. A priori, una batalla que se antoja demasiado complicada, incluso en nuestros días.

El acierto es que esta narración se realiza desde la mirada inocente de su hijo, el cual percibe a su padre como una especie de héroe romántico: una persona justa, bondadosa, confidente y maestro en su vida. No hay nada más bonito que ver reflejada, de forma casi mística, la adoración por un padre, todo ello a través de una narrativa audaz y acertada. En la prosa de Héctor no sobra ni falta nada. Quizás porque nos habla directamente desde el corazón, ordenando sus recuerdos y vivencias, nada más y nada menos.

Tras ese hilo conductor de amor incondicional entre padre e hijo, encontramos relatos desgarradores; algunos sobre la sociedad colombiana, otros sobre la propia historia familiar. Resulta complicado realizar un balance sobre qué es lo que más pesa en la vida de una familia: las alegrías o las decepciones.

Las vivencias infantiles marcarán el comportamiento en la adultez. Sus frustraciones y traumas marcarán a fuego la historia de su vida. La de Héctor Abad Faciolince no será una vida fácil pero, por suerte, posee todas las herramientas necesarias para realizar un precioso acto de curación, el cual permitirá cerrar heridas difícilmente cauterizables.

Una vez superados los miedos infantiles —esos monstruos que dormitan debajo de la cama—, el mayor miedo de alguien es asistir a la evaporación de la figura de sus padres, esas figuras intocables por las que pensamos que nunca pasará el tiempo. El olvido que seremos es una historia que narra la pérdida, pero no carente de cierta esperanza: las palabras cómo única vía para recordar a nuestros seres queridos.

El olvido que seremos sugiere una suerte de batalla contra molinos invisibles, tan majestuosos y poderosos como intocables, de la cual intuimos su desenlace nefasto. Solo una novela tan brillante —y la adaptación en película— pondrán a prueba la memoria colectiva de la sociedad ante el mayor reto al que se enfrenta un ser humano y un padre: sobrevivir a través del recuerdo de los demás.

Tráiler de la película El olvido que seremos