Las obras más importantes de Shakespeare

En un lugar dedicado a la literatura como es El quinto libro no podía faltar un artículo que hablase de uno de los más célebres escritores de la historia: William Shakespeare. Apodado como el Bardo de Avon, en referencia tanto a su lírica como a su lugar de origen (Stratford-upon-Avon, Inglaterra), la obra del dramaturgo es, casi con toda seguridad, la más versionada y adaptada del mundo teatral.

En este pequeño homenaje haremos un breve paseo sobre las obras más importantes de Shakespeare, pues si bien toda su obra, tanto la oficial como la atribuida, es interesante, vamos a destacar seis de ellas:

La primera es casi una evidencia: Romeo y Julieta. La tragedia por antonomasia cuenta la historia de dos enamorados descendientes de dos familias enfrentadas irremediablemente. Aún así deciden llevar su amor hasta un matrimonio clandestino que, unido a una concatenación de infortunios, desemboca en optar por el suicidio antes que vivir separados. Y mira por dónde, la muerte de ambos provoca la reconciliación de las familias. Amor desventurado este.
Hamlet (o, en su versión original, La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca) es la siguiente de la lista, pero no por ello menos importante o famosa que la anterior. Es la obra más larga de William Shakespeare y narra la historia del citado príncipe de Dinamarca, a quien el fantasma de su padre le insta a vengar su muerte, pues ha muerto a manos de su hermano Claudio. Si quieres ver cómo, en un aura de locura absoluta, el personaje principal transforma su dolor en ira, no te la pierdas.
Macbeth. Tercera tragedia de la lista, y tampoco debe quedar a la zaga con las dos anteriores. La historia versa sobre los perjudiciales efectos que provocan la ambición política y las ansias de poder. Todo ello envuelto en un ambiente mágico, tétrico y oscuro que otorgan una impronta terrible. Obra atemporal, se podría interpretar perfectamente en nuestros días por personajes de la vida política actual.
Y salimos de la tragedia para hablar de Sueño de una noche de verano. En esta ocasión, y utilizando en la mayor parte de la obra un bosque mágico donde las hadas campan a sus anchas como escenario, se narra la boda de Teseo, duque de Atenas e Hipólita, reina de las amazonas. Una obra preciosa que utilliza el amor, la magia y la fantasía como ingredientes principales.
El mercader de Venecia. Es una comedia romántica con trazos exóticos que merece la pena leer de forma pausada, relamiendo cada pasaje. Creo que bastaría con decir que la adaptación cinematográfica de la obra contó con Jeremy Irons y Al Pacino como protagonistas para dar idea de la calidad de la misma.
Y cierro la lista con otra mundialmente conocida tragedia: Otelo. Cuenta el amor que el protagonista, un general moro que vive en Venecia (aunque la historia en esta ocasión no es tan idílica como la anterior de este listado) le profesa a Desdémona. Y aquí me gustaría hacer un pequeño apunte. Tengamos en cuenta que la obra es de primeros del siglo XVII, escrita en Inglaterra, y donde la xenofobia europea era predominante. Aún así, el bueno de Shakespeare alza a un moro como su personaje principal, y lo presenta como una persona leal, llena de virtudes y alejado de connotaciones negativas.

Sí, ya sé que estás pensando que me he dejado excelentes obras en el tintero (qué expresión más bonita esta, ahora que nadie los utiliza), pero no pretendía hacer una tesis sobre la totalidad de la producción de William Shakespeare, sino más bien apuntar y disparar a tiro hecho.

Para que no te quedes con un posible sabor amargo ante tanta tragedia, te regalaré una más: Noche de reyes. Una comedia de enredo muy de la época navideña que llega ahora.