Cómo empezar a escribir un libro

16 noviembre, 2020
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16 noviembre, 2020 admin

Sin miedo a la hoja en blanco

Emprender un nuevo proyecto, como puede ser escribir un libro, es un reto para cualquiera. Especialmente, porque la escritura es una aventura que requiere de gran constancia y trabajo diario. Cuando se me pregunta sobre este tema siempre me gusta hablar de la «soledad del corredor de fondo».

Esto se puede aplicar a cómo comenzar a escribir un libro, o también a comenzar un blog. En ambos casos, se deben tener las ideas claras y sentir que la escritura, aunque es una disciplina solitaria y sacrificada, puede reportar grandes beneficios, no tanto económicos sino personales.

En el mundo de la blogosfera parece evidente, hay muchos estudios que confirman que el 90% que crea un blog lo abandona antes de que transcurran los 30 primeros días. Insisto: la única fórmula del éxito parece ser trabajo, esfuerzo y constancia.

Una vez que tenemos claro el objetivo que queremos conseguir (escribir un libro) y tenemos en nuestra cabeza la historia que queremos transmitir, surgen dos elementos fundamentales y que deberemos tener en cuenta: la corrección y las opiniones.

La corrección ortográfica

Respecto a la corrección debo decir que es una de las fases más importantes de creación. Mucha gente piensa que escribir un libro es una tarea sencilla desde el punto de vista ortográfico.

Los escritores conocen su idioma materno, así que escribir es algo que podría hacer cualquiera. Nada más lejos de la realidad. Conocer tu lengua materna es una cosa, pero escribir sin cometer errores ortográficos y manejar el lenguaje de forma precisa es otra muy distinta. Por ello, es aconsejable contar con un corrector que nos ayude y asesore a la hora de redactar nuestros textos.

Por suerte, en Internet existen multitud de herramientas para ello. Yo suelo emplear un corrector español online que sirve para corregir los textos de forma rápida y sencilla. También se puede recurrir a la Fundeu o la aplicación de vocabulario que tiene la RAE, disponible para cualquier tipo de dispositivo. Además ambos organismos son muy activos en Internet y suelen contestar a preguntas o dudas concretas que les formulemos.

También se puede contratar a un corrector ortográfico y de estilo, los cuales nos asesorarán y nos enseñarán muchas cosas que creíamos interiorizadas.

El lector cero

Por otro lado, creo que es esencial contar con uno o varios lectores cero: personas cercanas y de confianza, las cuales, conforme vayas escribiendo tu libro te pueden asesorar sobre las tramas, el interés de algunos personajes, la densidad de los pensamientos, etc. Estas personas deberán tener la suficiente asertividad para comunicarte los defectos que ven en tu obra o estilo, a través de críticas constructivas que siempre deberemos tomar en consideración.

Otros consejos

Otro de los grandes consejos, y que muchos escritores comparten conmigo es la de saber aplicar la paciencia a nuestro proceso creativo. Sobre todo, cuando hemos terminado nuestra obra. Se aconseja dejar «reposar» el manuscrito durante unas semanas o incluso meses, antes de volver a sacarlo a la luz. Durante ese tiempo, aplicaremos una distanciamiento con la obra, el cual nos permitirá volver a ella con una nueva perspectiva y actitud.

Una vez que la obra ha reposado, podremos afrontar una nueva revisión que seguro que se realiza de forma mucho más objetiva, profunda y razonada.

Por último, resulta fundamental que gran parte del trabajo debería basarse en la lectura: leer, leer y leer. No hay otra fórmula mágica. Desde este blog te puedo recomendar algunas de mis lecturas favoritas. Para ello entra en nuestra sección: reseñas de libros.

Personalmente, para estos casos, me resultó de gran ayuda el ensayo De qué hablo cuando hablo de escribir del escritor Murakami, un interesante ensayo en el cual desgrana cómo es su proceso creativo.

Y como comentaba al principio, la capacidad de escribir un libro debe apoyarse en nuestro esfuerzo diario: la constancia y el trabajo. El ingenio y el talento son importantes, pero para poder aplicarlos debemos trabajar de forma prolongada en el tiempo. Recuerda: no hay victoria, ni la habrá sin sacrificio.

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