Entrevista a Boris Izaguirre Lobo

26 abril, 2018 Víctor M. Mirete Ramallo

Entrevista al escritor, guionista, articulista, showman e inigualable Boris Izaguirre Lobo

‘Todo el mundo desea ser famoso, pero la fama no es así de democrática ni escoge a todos’.

Cuando haces entrevistas, siempre tratas de llegar a gente que admiras, conseguir hacerle una a esa persona a la que deseas y sueñas con tener delante para pintarla con tus preguntas. Pero cuando realmente los planetas se alinean y aquello se presenta como una realidad, de repente, todo lo que pasa por tu cabeza se reduce a: ¡Madre mía, y ahora qué le pregunto yo!

Tras quedarme media hora en blanco, mirando la tele (apagada) e intentando metabolizar que alguien como Boris Izaguirre haya tenido la deferencia, el detalle y la disposición de regalarme un trocito de su tiempo, llegué a la conclusión de que las preguntas que le hiciese debían conducirme directamente a todo aquello que yo quería saber de él. Esto puede parecer egoísta, porque de algún modo me he olvidado del lector y espectador que lea esta entrevista, pero qué diablos, estoy hablando con Boris.

Dicho esto, debo decir que ‘conozco’ a Boris Izaguirre desde que tenía yo catorce años. Lo conocí con los pantalones bajados hasta los tobillos (Crónicas Marcianas) y eso marca una relación. Poco podríamos decir de quién es y que no sepáis ya todos. Muy pocas personas en España son tan conocidas como él, por eso, os voy a contar cómo lo veo yo, sobre todo tras haber leído Tiempo de Tormentas, su autobiografía novelada.

‘Boris no puede con el cáncer que empieza a devorar a su mamá. Pero escribe la novela para, de nuevo, sobrevivir’.

Sí, es presentador de televisión, guionista, escritor y articulista de origen venezolano y que también posee la nacionalidad española. Pero eso no es lo importante para cómo yo lo veo. Boris es una marca, un personaje detrás de una persona, o quizás a la inversa, y todo ello conlleva una imagen muy expuesta a cualquier tipo de crítica. Por eso, lo primero que se me viene a la cabeza como sinónimo de Boris, es valentía. Opino, por encima de todo que es uno de los hombres más valientes y transgresores de la actualidad dentro del panorama social y cultural. Y para ser transgresor, y a la vez respetado, hay que ser muy inteligente. Otra cualidad que atesora. Pero es que además, el tío viste con una elegancia descomunal. Y para colmo escribe novelas memorables, y ahí, perdonadme, me toca la patata. Y ahora bien, ¿por dónde empezamos, Boris? No te vas a creer la primera pregunta, pero yo te la voy a hacer y que sea lo que dios quiera.

  1. A tenor de tu segundo apellido ¿eres más lobo o más corderito?

Más lobo, no me queda nada bien el papel de corderito, ni siquiera cuando lo practico en casa para salirme con la mía.

2. Hijo del exdirector de la Cinemateca Nacional de Venezuela y de la bailarina del ballet clásico y danza contemporánea. ¿De dónde proviene tu vena literaria?

Mi padre es escritor, solo que durante muchos años escondió su vena dedicándose a la crítica cinematográfica y por eso yo le escuchaba todos los días escribiendo en su máquina de escribir. Era el sonido el que me despertaba de lunes a viernes. Y los jueves, después del colegio lo acompañaba al periódico a cobrar su cheque. Eso tampoco lo he olvidado: me enseñó que se podía vivir de escribir.

3. ¿Por qué decidiste que debías escribir tu autobiografía? ¿Te sentías completo o falto de algo para tener que hacerlo?

La editorial insistió en poner la palabra “autobiográfica” delante de la de “novela”. Para mi es simplemente una novela. En muchas entrevistas por mis novelas, surge esa típica pregunta: ¿Cuánto de autobiográfico hay en su ficción? Y uno siempre responde: Mucho, algo, un poquito de todo. Con ‘Tiempo de tormentas‘ pensé que podía desquitarme si decía a mis editores: es completamente autobiográfica, y la voy a escribir en cuatro meses. Precisamente por eso los personajes principales se llamarán Belén y Boris, como nos llamábamos mi mamá y yo. Pero, lo autobiográfico fue absorbido por la ficción y, al volverse novela, los cuatro meses pasaron a ser cuatro años y la novela se fortaleció. Pero mis editores ganaron el pulso y mantuvieron la palabra autobiográfica para la promoción. Yo confío en que el tiempo la dejará solo en novela.

4. ¿Sigue habiendo un muñeco de Superman en tu vida?

No, lo he sustituido por una persona real que se llama Rubén. Y los dos volamos cuando nadie nos ve. Y Rubén tiene rayos X para los enemigos y yo creo que todos somos Lois Lane y por eso me convierto en kriptonita.

5. A tenor de cómo durante Tiempo de Tormentas te refieres a ti, a la fama y a tu entorno ¿Tienes momentos en los que hubieses deseado no haber sido Boris?

No, ninguno. Confieso que me ha enseñado mucho esta novela a verme por fuera, que es una de las cosas más difíciles de conseguir en el mundo. Como si fueras otro que te observas desde la habitación contigua. Creo que lo consigues con determinado yoga, determinada medicación o determinada meditación. Yo no he tomado ninguna de las tres, pero sí me he visto por fuera. Y sí creo que ese Boris vive atrapado en la tormenta y alimentado por ella. Y, sobre todo, las conclusiones que saca de esas tormentas son lo mejor del libro.

6. Sin ser un libro político, hablas más de política que en muchos debates del Estado. Haces, en tono cuasi evocador o reflexivo, un repaso político a las dos naciones que te han visto crecer. Es casi como una manifestación o revuelta social desde tu interior, pero, ¿qué queda de lo que una vez pensaste que podía cambiar en uno y otro país?

Queda mucho. De mi país de origen me hizo marcharme la mediocridad. La veía en todas partes. En la educación, en la clase empresarial, en los líderes. Me parecían gente pequeña, pobre, absolutamente a espaldas del país. Y por eso me marché, yo no era así, yo tenía un deseo de presente y de futuro. Y me encontré con un país milenario que sin embargo era completamente joven. Pero con algunos puntos en común con esa mediocridad de la que venía escapando. Pero tuve un deseo: Devolverle a este nuevo país lo que me había dado: Fe en mí mismo, coraje, valentía, sentido del humor, hasta un poquito de sexy. Estoy convencido que soy una de las personas que ha contribuido a que España sea un país feliz con su sentido del humor y con su sexy.

7. Comienzas con un futuro funeral, y a partir del terremoto de 1967, con tan solo dos años, tu vida se tambalea desde sus cimientos. ¿Has conseguido estabilizar el seísmo de tu vida?

Muchas gracias por la observación. Me gusta descubrir mi novela a través de sus lectores. Me gusta ser burgués pero no me gusta la estabilidad. Yo creo que ese es mi terremoto particular.

8. Mezclas nombres reales con ficticios para construir la historia de tu vida ¿por respeto, por miedo, por prudencia o por rencor?

Jajajajaja, como diría Whitney Houston: un poquito de todo. Pero no tengo rencor, me cuesta mucho y creo que fastidia el efecto de los tratamientos que hago con Maribel Yebenes. Confieso que sí me resultó más fácil escribir sobre las cosas y personas que no están presentes, que sobre otros que están vivos. Lo hice, pero cuando leí la novela transversalmente, ocupaban mucho espacio y volvían a la novela en una crónica social. Así que hice un gran ‘Gran T’, que es en muy buena parte Terenci Moix y otros amigos mezclados, y Mimí, que es una mujer donde conviven muchas de las mujeres que he admirado y querido de una manera muy especial, distinta a como quise a mi mamá y a como quiero a Rubén.

9. Es increíble que un suceso tan doloroso y crítico como una violación sea lo que afianza la relación entre tu madre y tú. ¿Qué queda hoy en ti de todo ese lance que sufristeis?

Fuerza, verdad. Nada de miedo. Porque la violencia nos atacó a los dos. Y ella hurgó en lo más profundo de su ser para salvarme primero y después a ella. Es la base de la novela: los dos son supervivientes que están permanentemente salvándose de naufragios, violaciones, golpes durísimos. Y al final, Boris no puede con el cáncer que empieza a devorar a su mamá. Pero escribe la novela para, de nuevo, sobrevivir.

10. ‘No intentes llamar la atención porque ya llamas la atención‘. Es la frase que más me gusta de la novela. ¿Buscabas realmente la fama o ella te encontró y le diste cobijo? ¿Es la fama como pensaste que era?

Mi mamá tiene otra frase en la novela que debería gustarte también: “Tú no escoges a la fama, es la fama la que te escoge a ti”. Al principio de mi carrera me preguntaban eso de :¿No tiene miedo que la fama desaparezca?” Me parecía envidia. Ahora lo leo en las entrevistas de los nuevos ‘Triunfitos’ y me doy cuenta de que es una fórmula. Y envidia, porque todo el mundo desea ser famoso, pero la fama no es así de democrática ni escoge a todos. Y somos pocos los que la vemos como una fiesta interminable, cansina, divertidísima, divina, avasallante, sexy, vulgar y con clase. Por eso escribí “Morir de Glamour”.

11. Si pones en una balanza los logros, fracasos, los arrepentimientos o los enorgullecimientos, ¿hacia donde se decantaría tu vida?

Hacia la celebración. “La vida es una fiesta, y el mundo es una tendencia”. Fue una de mis máximas durante los noventa y principio de este siglo. Estuve en Sant Jordi, en Barcelona y no paré de firmar desde que empecé a las 11 de la mañana. Al final de la jornada, termine codo a codo con María Dueñas y me relajé cuando me di cuenta que yo terminé justo cuando a ella le quedaban ocho personas. ¡Ocho personas son la diferencia entre lo que firma la reina de Sant Jordi y yo! Me pareció un logro, un poquito de milagro, un regalo de navidad en Sant Jordi y Rubén me dijo: vamos a Tragaluz que tanto te gusta, a celebrarlo. Todo es aprendizaje, sobre todo los fracasos y los arrepentimientos, y todo, TODO, hay que celebrarlo.

12. ¿La llegada a España a principios de los 90, en un nuevo país social, político y económico, supuso un respiro o una asfixia para ti?

Fue como una raya infinita que te enderezaba y te tambaleaba. Me ha gustado mucho retratar los noventa en Tiempo de tormentas. Se lo debía a mis lectores y a mi mismo.

13. No podemos hablar de Boris sin mencionar ‘Crónicas Marcianas’. Todos sabemos lo que se veía, pero pocos saben lo que no se veía. Te convertiste en un Boris subido a un escenario de varietés, que cada noche copaba las audiencias ¿Volverías a hacer algún programa así?

Sí, pero no sucederá nunca. Crónicas no volverá porque fue un único tren. Me gusta mucho el Crónicas que describo en Tiempo de tormentas. Es, definitivamente, la Gran Tormenta (‘Gran T’).

14. Ese trío entre Leopoldo, el ‘Gran T’ y tú… ¿No es así como se consigue subir a cualquier tren del éxito?

Es una buena perspectiva. Terenci disfrutaba rodeándose de jóvenes talentosos porque tenía un gran don para dar. Convertir su experiencia en aprendizaje. Le encantaba retribuir, el que había nacido sin nada consiguió tener tanto gracias a su encanto y repartía ese encanto. No fue tan fácil escribir sobre Leopoldo. Fuimos muy amigos pero también él fue durísimo, temible. Y entonces, la muerte nos lo arrebató.

15. ¿Qué pensaste nada más bajarte los pantalones encima de la mesa de Crónicas, la primera vez que lo hiciste? Lo primero que te vino a la mente.

Que tenía unas piernas divinas. Y luego vi la cara de Sardá, fascinado con que caminara con los pantalones bajados, una especie de grilletes de tela. Y me fascinó su fascinación.

16. Es en España donde descubres el amor, donde te casas ¿Quién es Rubén en tu vida?

El océano. Siempre vinculé a Rubén al Atlántico, porque tuve que cruzarlo para encontrarlo, porque ahora me separa de él mientras vivo en Miami. Y cada vez que lo cruzo pienso en la profundidad. El océano Atlántico tiene fosas abismales, tremendas profundidades que yo creo que son como las que sentimos Rubén y yo, el uno por el otro.

17. Sales de Venezuela en un momento de crisis del país, sales de España en un momento de crisis del país y ahora resides en Miami ¿Ves venir los problemas que te rodean, o más bien ves claro dónde están las oportunidades?

Muy buena pregunta. Tengo un don para marcharme. No me da miedo y quizás por eso no tuve descendencia. Con hijos es más difícil marcharte de algo que te está expulsando. Reconozco que he tenido suerte. En los dos países, me han hecho una oferta de trabajo que me ha sacado tanto de Venezuela como de España. Y he conseguido mezclar en mi forma de vestir lo latinoamericano con lo anglosajón, lo cual me ha dado un estilo. Y lo mismo me ha pasado con la literatura. En Caracas prefería a Truman Capote pero leía a Manuel Puig. En Estados Unidos descubrí a Fitzgerald y en España Miguel Bosé me presentó a Pedro Almodóvar, a Terenci y ellos a Eduardo Mendoza. Esa mezcla me convirtió en cocktail: el Love, Boris.

18. Hablemos de literatura un poquito más. Columnista, guionista, novelista y ahora una autobiografía ¿con qué has disfrutado más?

Disfruto cuando mis personajes se escriben solos. Pasa tanto en el guión como en la novela como en la columna periodística. Los personajes de ficción te hacen trampa, están esperando que descubras todo su potencial desde el principio y no lo ves hasta el final. Y entonces, vuelta a reescribir. En cambio, con la columna, cuando vi el tuit del rifirrafe de las reinas en Palma, me alarmé, pero de inmediato me alegré: tenía columna para un año entero.

19. No queremos despedirnos sin preguntarte algo. Si hay alguien protagonista de esta historia que no sea tú, es Belén y tu madre, o tu madre y Belén ¿Hablas aún con tu madre, Belén? ¿Qué te dice?

Es muy difícil hablarle porque no vas a escucharla. Tenía todo un capítulo, llamado “El muro”, que eliminé. Pero eso es la muerte, un muro altísimo se establece entre tus seres queridos y tú mismo. A veces, desconsolado te acercas y crees que oyes algo, pero no es verdad.

20. Boris. Déjanos agradecerte la deferencia que has tenido con nosotros. Ha sido un honor entrevistarte y conocerte, pero queremos acabar con nuestra pregunta fija para todos los entrevistados ¿Qué te hace reír y qué te hace llorar cada día?

Me hace reír una mujer inteligente que se ríe de si misma. Y me hace llorar una mujer , menos inteligente, que se toma demasiado en serio.

COROLARIO

Me váis a permitir esta vez un breve epílogo. Tras este encuentro (donde le he visto reir, llorar, mirar, hablar, callar y respirar), tras ver su carácter y su persona frente a mi, puedo decir que si antes lo admiraba, ahora lo respeto. Respeto a una persona que estando en el cielo, no deja de tener los pies en el suelo. Una persona cuya increíble capacidad de transmitir está a la altura de su tremenda capacidad para observar y para sentir. Delante de personas como él, te das cuenta de que hay seres humanos especiales y que son capaces de magnetizar todo cuento tienen a su alrededor. Boris, sin duda es todo un lujo en sí mismo, pero a la vez es todo sencillez, todo cortesía, encanto, inteligencia y humildad. Esta, sin duda es la mejor entrevista que he realizado jamás y todo te lo debo a tí, Boris.

Víctor M. Mirete, El quinto libro

Víctor M. Mirete Ramallo

Escritor murciano nacido en 1982, Autor de la “Saga de Ficción Histórica de Frédéric Poison” y cuyo lema es: «La vida no consiste en vivir de ilusiones, sino en vivir ilusionado.

Comments (4)

  1. Sabiendo la calidad humana del personaje, conociendo la grandeza de la persona, me ha asombrado mucho más la sencillez con la que te cuenta su vida.
    Gran entrevista que marca un antes y un después en la vida de El Quinto Libro.
    Gracias a Boris, por supuesto, faltaría más, pero gracias a ti, Víctor, por acercarnos a la persona de Boris.
    Un abrazo

    • Así es. Una sencillez, naturalidad y transparencia que ha sobrepasado nuestras expectativas. Lo volveríamos a entrevistar una y otra vez. Gracias por tu apoyo Asensio. Un abrazo.

  2. Mirian Victoria

    Muchísimas gracias por esta maravillosa entrevista ,tan humana,tan cercana a la sencillez y humildad de una «Luminaria tan avasallante y partíicular » …excepcional …como es BORIS …Orgullosa de este SER UNIVERSAL …para el mundo..porque su inteligencia y magnetismo traspasa los océanos,y las pantallas en cada aparición arrasa como las Tormentas, …Me encantó su entrevista ..Exitis siempre .Una Venezolana admiradora de Boris y su legado …

    • Gracias por tus palabras. Estamos totalmente de acuerdo en todo lo que apuntas. La calidad humana de Boris es increíble y su calidad como literario no se queda atrás. Muchas gracias y nos leemos por aquí.

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